martes, 24 de enero de 2012

Los despropósitos del Pepé.

Hoy vengo a tirarle de las orejas a Soraya Santamaría. No es que tenga nada en contra suya, lo contrario, es una política que me gusta, pero el ser la mano derecha de un Rajoy poseído por el espíritu de Zetapé es lo que tiene. Que te aticen viene con el sueldo. O mejor no. Mejor la perdono y me ceñiré a pegar al Pepé en general, que uno es un caballero y no podría siquiera abofetearla con la elegancia de Kirk Douglas en El Gran Carnaval.

Desde la llegada al Gobierno, Mariano Rajoy no ha hecho más que legislar por y para los lobbies. Una vez más, el sentido de Estado lo dejamos en el armario, que el día que me retire de la política alguien me tendrá que dar de comer y es mejor tener a la gente contenta, no se me vayan a alborotar y me toque -¡horror!- vivir de la nimia pensión vitalicia de 80.000€ que se ganan nuestros amados ex presidentes. Igualito que un autónomo. Dónde vamos a parar. 


Según llegó a la presidencia y tras haber buscado votos debajo de las piedras prometiendo que jamás aprobaría la Ley Sinde, pues cogió y la aprobó. Ahora ya tenemos ley ante la mal llamada piratería. Insisto, según la legislación española la copia para uso privado es perfectamente legal. En ello encontrará la explicación David Gistau al por qué internet desactiva las alarmas éticas. Porque en España, a día de hoy, es legal compartir sin ánimo de lucro. Otra cosa es la mafia detrás del top manta. O incluso las páginas como Megaupload, si nos ponemos quisquillosos.

El IRPF también lo subió. Juró que jamás subiría impuestos. Primera medida. Prometer hasta meter, que decimos en mi casa. ¿Era inevitable la subida? sí. Voy a pecar de ingenuo y voy a pensar que, ciertamente y a pesar de tener el control sobre la mayoría de las autonomías, el nuevo Gobierno desconocía la cifra real del déficit español y se había creído la que, entonces, sería la única verdad que dijo el Gobierno saliente en los largos años que extendió las sombras por España. Me lo creo. ¿Tan sólo podemos equilibrar cuentas metiendo un rejón más a la clase media? Eso ya no. Mire usté -que diría quien designó muy democráticamente a Rajoy a dedo-, hay muchos gastos superfluos que recortar. Subvenciones a partidos políticos y sindicatos, por ejemplo. Que se financien con las cuotas de sus afiliados, que ya roban bastante cuando llegan al poder. O mandar a la mierda a las televisiones autonómicas, que gastan más que la Aído en investigaciones sobre la homosexualidad de los hipopótamos de Nueva Guinea. 


Ahora le ha tocado meter mano al fúrgol. Pan y circo, que decían los romanos. Rajoy, encerrado en un búnker cual el Hitler de El Hundimiento, debate con sus asesores: "Si les aprieto los huevecillos con nuevos impuestos, les voy a quitar seriesyonkis y, además, probablemente les meta la reforma laboral que me redacten desde la CEOE, ¿no creen ustedes que con las ganas que me tienen los rojillos no me montarán la primera huelga general antes de Febrero?" Y a algún lumbreras se le encendió la bombilla y se acordó del fútbol. "Que llevamos dos días que sólo se habla de si Pepe tiene que ir a la cárcel por pisarle la mano a Messi (en vez de la cabeza) y no se acuerdan de nosotros. Démosle más".

La primera sugerencia fue poner más fútbol por televisión, pero acordaron desestimarla al caer en la cuenta que la única franja horaria libre de fútbol está ocupada por la teletienda y las pelis guarras. Y cualquiera quita la teletienda. Así, rumiando ideas, se acordaron que había no sé qué problemas con las radios. Que no podían entrar a retransmitir a los campos porque los clubes querían sacar tajada, ¡oh, crueles entidades privadas!, y les dejaban de patitas en la calle. Pues nada, arreglado, el Gobierno cambiará la ley para que puedan retransmitir desde el campo y sin poner un duro.


Me lo expliquen: la semana pasada meten en la cárcel a Ignatius Reilly porque el pollo de lucra gracias a las obras de terceros sin soltar un duro... ¡pero obligan a los equipos a dejar entrar a sus instalaciones a las radios para que puedan lucrarse sin soltar un duro!. No lo entiendo. Si alguien lo hace, que me avise. Y, de paso, que me cuente cómo es posible que un partido de "derechas" se pase la propiedad privada por el forro para aplicar la misma ley. Yo, por mi parte, me estoy planteando seriamente ocuparle los días de partido la casa a algún vecino de Concha Espina. Viene a ser lo mismo que hacen las radios y no veré el fútbol mucho peor que en las gradas altas del Bernabéu.

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