viernes, 13 de enero de 2012

De merengues y culés.


El problema que tiene el Madrid con el Barça es muy simple: el General Custer.

Para aquellos no introducidos en el apasionante mundo del madridismo underground -dícese de aquellos merengones que aún mantenemos cierta independencia ideológica y no nos dejamos arrastras por las corrientes de intereses que pueblan la,  denominada por el Buda de Sant Pedor, Central Lechera-, Custer es un bloguero que tuvo a bien identificar al Madrid con la novela de Herman Melville, Moby Dick.

No habrá personajes y novelas en el imaginario occidental para comparar la lucha entre Madrid y Barça, que en un ataque de locura -digno sin duda alguna del nick que utiliza- tuvo escoger a Moby Dick cuando Ahab nunca consiguió acabar con la ballena blanca. Encima `blanca’. El Madrid es el equipo blanco, ¿cómo matar a una ballena que viste nuestros colores?. Pues ahí empezó a fraguarse la leyenda que nos hace sufrir el síndrome del atlético cada vez que nos enfrentamos a Exèrcit Desarmat de Catalunya. Desde entonces, cada vez que saltamos al césped, permitidme la cita a la genial Snatch, en vez de salir cual gran polla que ha olido un buen conejo, con nuestras grandes pelotas escoltándonos hacia la gloria, lo hacemos encojidos y arrugados, como si tuvieramos una manguera de agua del deshielo enfocándonos directamente a nuestra virilidad.

Pero lo importante es localizar el problema, y eso hemos hecho. Una vez que hemos descartado cualquier tipo de simil con Moby Dick, estaremos todos de acuerdo en que no podíamos equipararnos al mundo de Tolkien tampoco: el culé medio se alza poco más de medio metro sobre el césped, auténticos medianos. ¿Qué nos queda? Desde luego tenemos un buen filón donde tirar: ¿queremos épica medieval? ¿belicismo moderno? donde estaremos todos de acuerdo es que no queremos ser unos perdedores. Sí, se empatiza muy rápidamente con el tipo duro al que la suerte le es esquiva, pero nosotros somos el jodido Real Madrid: no podemos excusarnos en lo perra que es la vida. Somo unos héroes, auténticos héroes. Me gusta imaginarme al equipo como al Caballero Oscuro: Batman.

 
¿Y quién encarnará a nuestro héroe sin máscara? Nadie mejor que Cristiano. Él tiene que ser nuestro Bruce Wayne. El niño rico odiado por todos que se dedique a luchar contra el mal. Necesitamos mandar a Ronaldo a entrenar con Ra’s Al Ghul, que le enseñe a mantener la mente fría, a focalizar bien los objetivos y, sobretodo, que nos lo devuelva hecho un hombre. Necesitamos que Ronaldo sea nuestro asesino. Le necesitamos con sangre en el ojo; no nos podemos permitir perder tiempo reivindicandole por el puñetero gol de la Juancarling. Ni por llevar una media de casi un gol por partido. Que se reivindique él solito de hat trick en hat trick contra los cuasimodos, nuestro único rival. Los demás son esparrings. No cuentan.

Ya hemos encontrado nuestra identidad. Busquemos a nuestro archienemigo: el Joker. Pero no el Joker de Nolan que bordó el malogrado Heath Ledger, sino el Joker de Tim Burton, ése interpretado por Nicholson que se dedicaba a repartir billetes, aunque fueran falsos, para ganarse el favor del pueblo llano. Ése que interfería los canales de televisión para engañar a Gotham a base de discursos demagógicos. Ese Joker hecho a imagen y semejanza de Guardiola. Porque no nos engañemos, nuestro enemigo no es un club de fútbol. Nuestro enemigo principal es la máquina propagandística que hay detrás de ese club. Y a ese enemigo es al que hay que empezar a destruir desde el próximo 18 de Enero.

3 comentarios:

  1. Pues a mi siempre me gustó mas el Joker de Tim Burton.

    Saludos

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  2. So do I. Es más fiel al espíritu del cómic, sin desmerecer al grungejoker de Nolan.

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  3. Jojojo tiene narices que digas que nosotros tenemos máquina propagandística cuando vosotros tenéis a la Central Lechera (cuánta razón y qué gran discurso de Pep en el Bernabéu) en pleno, lavándole el cerebro no sólo a los madridistas sino a barcelonistas de bien de otras zonas fuera de Catalunya y a aficionados de otros equipos. Como dije el otro día, en la prensa de Barcelona, asquerosamente sectaria y con un alto número de pericos en ella, todos dicen que son culés y luego no lo son ni el 50%. Mientras tanto, en Madrid todos son del Atleti, del Getafe o del Torrelodones y resulta que a la hora de la verdad todos son blancos. Mientras que la prensa de Barcelona se pierde en la gilipollesca lucha fratricida Núñez (Rosell) - Cruyff (Laporta) la de Madrid está unida contra el enemigo (canguelos, cagómetros, Turienzo culpable, el clavo ardiendo...).

    Sin ir más lejos, ayer en un programa de Esports 3, el madridista de turno (se está poniendo de moda invitar a madridistas a los programas de deportes aquí en Barcelona) vino a decir que si ganaban era un golpe para el Barça y que si perdían les iría bien porque así se concentrarían en la liga y el Barça diversificaría sus esfuerzos. Si eso no es propaganda... es la táctica Mourinho. Pase lo que pase gano yo, siempre hay una excusa externa para que no gane (Ovrebo, Stark, De Bleeckere, Unicef, Villar, la suerte...).

    Sobre los próximos partidos no me atrevo a dar un resultado. El Barça es superior al Madrid, pero en los clásicos se reducen las diferencias y ambos equipos tienen bajas sensibles.

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