miércoles, 19 de diciembre de 2012

Maricón el último

Al futbolista del Liverpool Suso le han cascado 10.000 libras de multa por llamar 'gay' a un amiguete en twitter en un contexto completamente jocoso. Pues nada, que es homófobo y debe purgar sus pecados por usar el nombre de 'Gay' en vano. Al leer la noticia he corrido a borrar los últimos cientos de mensajes que he colgado en twitter, facebook o que he mandado por whatsapp porque estoy seguro que en algún momento habré bajado la guardia y se me habrá escapado alguna expresión homófoba, racista, sexista o que, directamente, esté cogida con alfileres dentro de los cánones de corrección que se estilan hoy en día. Y aún he dado gracias porque Guti ya no juega al fútbol...

Lo que hay que afear al chico es las pocas luces que ha demostrado utilizando precisamente la palabra 'gay', seguro que a la próxima no se le ocurrirá utilizar un anglicismo cuando tiene a mano una buena ración de sinónimos castizos perfectamente aplicables. Si le hubiera dicho a su colega que era un sarasa, mariquita, julandrón, julay, sodomita o directamenre hubiera referenciado la mancha de aceite bajo sus pies, la Federación Inglesa no habría entendido de la misa la mitad y hubiera pasado ampliamente del asunto, pero siendo español y después de ver a Rajoy, Botín o Sergio Ramos defenderse en la lengua de Shakespeare, quiso partir una lanza a favor de los españoles angloparlantes y le salió el tiro por la culata.

Si hace poco Toni Cantó traía a la actualidad un sketch de La Vida de Brian en un anuncio de UPyD por las elecciones catalanas, ahora bien podríamos actualizar otro sketch de la misma película: ¡Ha dicho 'Gay'!, ¡ha dicho 'Gay'!, exclamarán los adalides de lo políticamente correcto mientras compran sus cucuruchos de gravilla y piedras para proceder a la lapidación del insensato que no se ciña a su dictadura. A este paso, cada vez que alguien quiera hablar en público, tendrá que tener a mano una tarjetita con las palabras prohibidas, emulando al Tabú, mientras la jauría mediática andará al acecho con el pulgar sobre el botón de la censura y dispuesta a saltar a la yugular.  Así que ya saben, a partir de ahora revisen mucho, muchísimo lo que escriben, que hay una caza de brujas ahí fuera así que corran por sus vidas y... ¡maricón el último!

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