lunes, 31 de diciembre de 2012

¡Feliz Año Nuevo!

Os deseo a todos: amigos, enemigos, mauriñistas, madridistas, socialistas, culés, liberales, gentes de orden y de mal vivir... en fin, a los humanos en general que el 2013 os traiga todo lo bueno que sea posible. Que esté tan lleno de buenas noticias y de acontecimientos de esos que, de llenar de tanto gozo el corazón, quedan grabados a fuego en la retina. Que todos esos momentos consigan ocultar y minimizar los malos, que seguro que los habrá. Pero que la balanza de todo aquello que nos depare el año entrante caiga rota en el lado de lo positivo y, a la hora de mirar atrás, nos importe un carajo la prima de riesgo, la niña de Rajoy, los hijos de Pujol y las madres de tantos aquellos que recordamos día a día.

Y esta noche a disfrutar con la familia, amigos y gente cercana. Que todos aquellos que no están a nuestro lado sepan que, aunque no podamos brindar físicamente con ellos, en nuestros corazones alzamos la copa, llena no sólo de buenas intenciones, sino de la firme convicción de que el 13 no es un número de mala suerte, sino que va a ser un año de referencia. Que todos vamos a poner nuestro granito de arena para hacerlo imborrable, pero para bien, claro. Que ya hay suficientes políticos trabajando duramente para que nos olvidemos de que, en el fondo y por mucho que nos zancadilléen, siempre vamos a encontrar una mano amiga que nos ayude a seguir con nuestro camino. 

Por todo ello, os deseo de todo corazón un feliz año 2013. Y, recordad, sed buenos que aún queda una semanita para que vengan sus Majestades de Oriente. Ésas que no tienen yernos robándonos hasta las costuras de los calzoncillos y que nos recuerdan, aunque sólo sea durante unas horas, al niño inocente e ilusionado ante la magia de los regalos que algún día fuimos.  

¡Feliz año nuevo!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Maricón el último

Al futbolista del Liverpool Suso le han cascado 10.000 libras de multa por llamar 'gay' a un amiguete en twitter en un contexto completamente jocoso. Pues nada, que es homófobo y debe purgar sus pecados por usar el nombre de 'Gay' en vano. Al leer la noticia he corrido a borrar los últimos cientos de mensajes que he colgado en twitter, facebook o que he mandado por whatsapp porque estoy seguro que en algún momento habré bajado la guardia y se me habrá escapado alguna expresión homófoba, racista, sexista o que, directamente, esté cogida con alfileres dentro de los cánones de corrección que se estilan hoy en día. Y aún he dado gracias porque Guti ya no juega al fútbol...

Lo que hay que afear al chico es las pocas luces que ha demostrado utilizando precisamente la palabra 'gay', seguro que a la próxima no se le ocurrirá utilizar un anglicismo cuando tiene a mano una buena ración de sinónimos castizos perfectamente aplicables. Si le hubiera dicho a su colega que era un sarasa, mariquita, julandrón, julay, sodomita o directamenre hubiera referenciado la mancha de aceite bajo sus pies, la Federación Inglesa no habría entendido de la misa la mitad y hubiera pasado ampliamente del asunto, pero siendo español y después de ver a Rajoy, Botín o Sergio Ramos defenderse en la lengua de Shakespeare, quiso partir una lanza a favor de los españoles angloparlantes y le salió el tiro por la culata.

Si hace poco Toni Cantó traía a la actualidad un sketch de La Vida de Brian en un anuncio de UPyD por las elecciones catalanas, ahora bien podríamos actualizar otro sketch de la misma película: ¡Ha dicho 'Gay'!, ¡ha dicho 'Gay'!, exclamarán los adalides de lo políticamente correcto mientras compran sus cucuruchos de gravilla y piedras para proceder a la lapidación del insensato que no se ciña a su dictadura. A este paso, cada vez que alguien quiera hablar en público, tendrá que tener a mano una tarjetita con las palabras prohibidas, emulando al Tabú, mientras la jauría mediática andará al acecho con el pulgar sobre el botón de la censura y dispuesta a saltar a la yugular.  Así que ya saben, a partir de ahora revisen mucho, muchísimo lo que escriben, que hay una caza de brujas ahí fuera así que corran por sus vidas y... ¡maricón el último!

martes, 18 de diciembre de 2012

Blanca Navidad

Ver un partido del Madrid se está convirtiendo en un ejercicio de desesperación que nos acerca al sentimiento de nuestros queridos vecinos del Manzanares. ‘Papá, ¿por qué somos del Atleti?’ era el slogan elegido por los colchoneros para captar socios hace unos años. Ahora bien podríamos adaptarlo a un ‘¿Papá, por qué somos mourinhistas?’. Y es que Mourinho, que se propuso cambiar de arriba a abajo el modo de entender el fútbol en la Casa Blanca, desde la gestión deportiva hasta a la afición, puede realmente conseguir que nadie se vaya del campo con el partido sin terminar: todo el mundo con el culo pegado a la butaca hasta que el trencilla de turno pite el final, con el esfínter bien cerrado para proteger de la flojera intestinal que surge cada vez que el rival tiene una jugada a balón parado.

El año pasado nos clavaban las faltas centraditas porque nuestro portero, San Íker, pensó que siendo él santo (¡y de Móstoles!), no sólo iba a hacer milagros para su afición, que con eso no se ganan Príncipes de Asturias, así que empezó a regalar puntos a los más necesitados. ¡Que aprendan de valores y humildad en La Masía!. Y así se regalaron puntos a un Villarreal desahuciado o a un Málaga en apuros, lo que también sirvió para que su compañero de selección, Cazorlita, pudiera lucirse y firmar un buen contrato en Londres. Y vio Casillas que eso estaba bien. También han debido ver que estaba bien sus compañeros de vestuario, que, admirando este voluntariado social de nuestro capitán, se han unido en el compromiso de hacer un mundo mejor. Ahora Ramos secunda fielmente al capitán, y Pepe, que pese a su innegable compromiso no es muy listo, ha optado por seguir a rajatabla el consejo que su señora madre le dio al abandonar Brasil, ‘donde fueres haz lo que vieres’. También es partícipe de este espíritu tan altruista Arbeloa, que en vez de tanto defender al Mein Führer portugués, podía defender algo su banda. Tan poderoso es el influjo navideño que también a Alonso, Benzema, Özil y casi toda la plantilla parece habérsele olvidado jugar.

Llegará el punto en que hasta los saques de puerta contrarios nos pongan en un serio aprieto. Lo que debería pasarle al Barça a nada que el balón botara un poco alto -que para eso la altura media del equipo rondando el metro cuarenta- le está pasando al Madrí. En un equipo de hombretones altos y fornidos como Ronaldo o Khedira lo lógico es que la sangre nos la hicieran los puñeteros medianos, metiéndose entre nuestras piernas hasta enredarnos y hacernos caer, pero nunca jamás que nos llegara el peligro a balón parado ni por alto. Y a ver qué hace el bueno de Mou ahora, que bastante imagen de ogro tiene ya en este país, aunque seguro que en realidad es un pedazo de pan; porque sino ya me dirán cómo es que ya le vacilan hasta periodistas de aquellos que Los Petersellers describían como ‘intelectuales de gafillas ajustadas a sus caras de melón‘. Mou sabe que no puede convertirse en el Mr. Scrooge de este Madrid y prohibir a sus jugadores repartir regalitos. Así que sólo nos queda ser pacientes y esperar vuelva a ponerse el traje de entrenador para reflotar la nave en Febrero, que es cuando vuelve la Champions, el único título que en el fondo nos importa a los madridistas.

viernes, 7 de diciembre de 2012

¡Wertgonya!


Ayer me encontraba viendo el partido del Madrí en La 1 y, mientras escuchaba cómo entrevistaban a Pardeza, caí en la cuenta que de las muchas virtudes que atesoró la Quinta del Buitre, la facilidad de palabra no se encontraba ni remotamente entre ellas. Quien conseguía hilvanar más de dos palabras seguidas corría el peligro de caer desfallecido ante el esfuerzo neuronal que eso suponía. Claro, que por aquél entonces Valdano ya se encargaba de dar voz al equipo con su verbo fluido. Con los años y para mi sorpresa, todos los miembros de la Quinta han pasado por las cabinas de prensa de TVE como comentaristas, quién sabe si para que así no salte mucho a la vista el bajo nivel de Sauca y Silvia Barba, quienes no dejan de visitar lugares comunes olvidando aquél proverbio chino que invita a guardar silencio si no se tiene nada inteligente que decir. ¡Y qué bonitas serían las retransmisiones deportivas sólo con el sonido ambiente!. Bueno, retransmisiones, noticias, reality shows... una televisión eterna con el mute puesto. Pues algo habrá fallado para llegar a estos extremos, ¿no?

Y la respuesta es clara: la educación. Por un lado porque se supone que todos esos personajes del Circo de los Horrores que salen en antena, han tenido que pasar por una escuela, aunque sea hasta los 16 años, que no está mal. En mi época, que no hace tanto, con 16 ya sabíamos leer con fluidez, escribir poniendo tildes y, en algunos casos, hasta multiplicar. E insisto, no ha pasado tanto tiempo. Pues ayer, mientras zapeaba di a parar con un telenoticias y, mea culpa, tenía el volumen puesto. Ahí apareció en pantalla una tipa con cara como de señora muy digna, con unos dientes color centeno y boca agria, mustia, con arruguillas en las comisuras de los labios simulando las flores marchitas a punto de despetalar. Se trataba de Irene Rigau, consejera de enseñanza de la Generalitat de Catalana. En lo poco que logré entender, mascullaba cosas sobre opresión, fascismo y perlas parecidas. El caso es que la señora consiguió llamar mi atención y puse la antena. Resulta que Wert  pretendía una enseñanza bilingüe y una selectividad común en castellano. ¡Gran afrenta al catalán!.

Muy señora mía, la afrenta es que se haya conseguido que sea más difícil entender a un señor de L'Escala hablando en castellano que a Jezulín de Ubrique con dos pacharanes de más. Afrenta es que gente, en teoría, perfectamente preparada, escriba emails en castellano con faltas de ortografía que harían sonrojar a un niño de cinco años. Afrenta es que nadie en esas tierras se acuerde del 4% y que corran a votar a un señor con cuentas en Suiza que se dedica a acusar a España de expolio para ocultar su pésima gestión, eso sí que es wertgonzoso. Y eso sí que es un rasgo de españolidad. El político corrupto y la masa borrega creyendo a pies juntillas que el perro se le comió los deberes.

Pero, en fin, ¿qué sabré yo? si sólo soy un pobre escritor al que ni siquiera dan un penique por sus pensamientos. Un pobre fascista que sólo encuentra consuelo atizando al pobre partidario de la secesión, el cual, una vez logrado su objetivo y cuando ya no pueda culpar más al enemigo inexistente de Madrid, buscará dentro de casa a un nuevo causante de sus desdichas y, entonces, pobrecitos aquellos que no piensen como él.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Intelectual, amigo mío.

Alberto San Juan se ha despachado hoy a gusto en una entrevista concedida a El Mundo, desde donde el filósofo y filántropo madrileño ha afirmado que no hay intelectuales de derecha porque, claro está, o son intelectuales o son de derechas. Alberto, hijo mío, no habrá mucha gente metida en el lobby cultural español que sea de derechas porque la mafia imperante los expulsa sistemáticamente, no porque no existan o por falta de talento porque, desde luego, a gente más agraciada que tú para el espectáculo podemos encontrar hasta en un talkshow o en los anuncios de la teletienda. Y eso es lo que pasa cuando para llegar a ser artista, en este país en vez de mirarse el talento de una persona, se mira su ficha de afiliación política y, acto seguido, sus contactos en la industria.

Porque aquí el ritual a seguir para dedicarte al mundo del espectáculo es parecido al que se exige para iniciarse el mundo de la mafia. Necesitas un padrino que te introduzca en el mundillo y después ir presentando una hoja de servicios que no van a incluir ni críticas positivas a tus trabajos ni un examen riguroso de tus aptitudes. No, para nada. Aquí la hoja de servicios más bien tira por los servicios hechos en nombre de la revolusión, megáfono en mano y, preferiblemente, frente a la sede del pepé. Libertad de pensamiento y tal. Porque no toda la derecha es mala, que uno puede ser del peneuve o de ciú y no pasa nada. Aquí es malo ser de derechas y español, que es una enfermedad contagiosa y de la que hay que mantenerse lo más alejado posible menos a la hora de pasar el cazo para sacar la subvención de turno. Ahí todo Dios, en cuanto le sacas cuatro perras, corre a mostrar la nacionalidad del deneí.

No obstante a mi querido Albertito hay que corregirle el fondo de su afirmación porque, para él, el término intelectual se limita a Bardem soltando consignas revolucionarias mientras mira al cuadro del Ché Guevara que tiene colgado en su mansión de Beverly Hills. Y no, hijo mío, no. Intelectual es alguien que le dé al coco, pero bien dado. No un actorcillo mediocre soltando soflamas obsoletas y adorando regímenes dictatoriales como el cubano. Porque el figura luego tiene el valor de seguir con su disertación sobre la intelectualidad diciendo que  "otra cosa es que haya gente con habilidad mental, capacidad intelectual y estudios que defienda el poder, que sea reaccionario, que esté en contra de la emancipación del género humano, es decir, que sea de derechas." En contra de la emancipación. Eso lo dice un señor que, profesionalmente, vive de la paga que le da el Estado porque si se tuviera que financiar sus trabajos con las recaudaciones millonarias de sus películas, probablemente le encontraríamos interpretando a un pobre mendigo limpiando parabrisas y vendiendo pañuelos en los semáforos de la capital.

Así que, querido Alberto, tú dedícate a hacer tu trabajo, que gracias a Dios no tiene que ver con darle a la cabeza. Que yo entiendo que de vez en cuando tienes que salir en los medios con meadas fuera de tiesto como ésta para tener algo que llevarte a la boca, pero te voy a dar un consejo: tú aprende a actuar, que no me dé vergüenza ver cualquier serie estadounidense al azar y comprobar cómo hasta los actores de cinco años, comparados contigo, merecen un óscar por su trayectoria profesional. Pero vamos, como no me cuesta nada hacerte feliz, aunque sea un segundito, y soy una persona magnánima, voy a concederte beneficio de la duda. Supongamos que sí, que es cierto que sólo hay intelectuales de izquierdas. Entonces no queda más remedio que poner en el radio casete a los Petersellers a todo volumen y cantar bien alto esa bonita tonadilla que decía "Intelectual... intelectual... ¡cabrón!, ¡cabrón!".

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Juancarling contra el Alcoyano


Anoche el Madrí se enfrentó contra el Alcoyano, único equipo con más moral que Mauriño que, tres años después, sigue pensando que en el Bernabéu la gente dejará de ingerir pipas cual hamsters hambrientos para dedicarse a animar, esa actividad tan poco digna de la alta alcurnia que puebla las gradas de Chamartín. El once del Madrí suponía un guiño para los piperos, con cuatro chavales de la cantera en el once inicial. Y por cantera quicir gente formada aquí, en el Madrí, no por Manchester Uniteds o Valencias y repescados a golpe de talonario como si nunca se hubieran marchado.

Esta vez los castigados por el dictador fascita portugués fueron Casillas, Ramos, Arbeloa y Alonso, víctimas de su nacionalidad, a los que se les unió Pepe, que renunció voluntariamente a la convocatoria para que no fuera tan obvia la xenofobia del sátrapa de Setúbal para con los jugadores patrios. ¿Queréis cantera? pues me cargo a los de la Roja, parece que pensaba el doctor Maligno a la hora de confeccionar la convocatoria.

El Madrí formó con Adán bajo palos, Albiol y Nacho en los laterales, Varane y Carvalho en defensa. El centro del campo con Cherichef, Gitanito Rodríguez, Callejón y Lukita y arriba Morata. Ah, y Ozil, pero el alemán ya está para que pongan una foto suya en los briks de leche, a ver si alguien lo ha visto. Albiol rápidamente fue sustituido por otro puto portugués más ya que el Alcoyano, haciendo honor a su nombre, empezó con mucha moral y ganas, las ganas típicas de los equipos cuando se enfrentan al Imperio del Mal: entrar a matar, que sale gratis. Si la entrada que le hicieron al valenciano en el primer minuto de juego se la hacen al niño de la hormona, ahora mismo el atacante estaría apurando las caladas de su última voluntad mientras la prensa le venda los ojos para empezar el fusilamiento.

Lo bueno de enfrentarse a un Segunda B es que es harto difícil que alguno de sus jugadores haya debutado con la Selección Española, lo que le da alguna probabilidad a nuestras estrellas de arrancar alguna pequeña ovación de su hinchada. Por ello y a pesar de estar las gradas medio vacías (muy inteligente poner un partido a las 21:30h en invierno y día laborable), se oyeron ovaciones cerradas para Mou y Ronaldo y el estadio tuvo algo más de calor del habitual, calor que no se transmitió a los jugadores porque la primera parte fue francamente aburrida y donde, lo siento por los chavales del filial, pero ni uno dio la talla para jugar en el primer equipo aún, aunque José Rodríguez puede llegar.

En la segunda parte y con la salida de Benzema y Di María, que inauguró el marcador, las cosas se pusieron en su sitio y ya se marcaron tres goles para bajar los humos al humilde equipo alicantino. Callejón remató con dos chicharros más y a dormir a casa, que hace frío. No pudo faltar la ya profetizada expulsión de un jugador visitante para que pueda volver el ruido sobre lo que nos benefician los arbitrajes y tal para que así nos puedan poner la navaja en el cuello en los momentos decisivos de la temporada y no podamos decir ni mú.

Para terminar me gustaría hacer un llamamiento a las autoridades competentes, puesto que mirando las cróncas de hoy de la prensa deportiva se intuye un alto consumo de estupefacientes por parte de los redactores, única explicación posible a la cantidad de gilipolleces escritas sobre la inexistente división de opiniones de la grada sobre Mou o sobre el nivel de primera de los canteranos. Si venden una décima parte del alijo que tienen guardado, no hubiera hecho falta ni un mísero ERE para limpiar las redacciones de gañanes.

martes, 27 de noviembre de 2012

Revolución En El Madrí

El Madrí de Mauriño anda revolucionado o eso quieren hacernos ver desde la Central Lechera, término cuya etimología bien podría venir de las leches que les reparte nuestro Querido Líder en las salas de prensa, sin ir más lejos puede dar buena fe de esto el calumnista de As Forjanes. Calumnista, digo, porque esta gente se gana la vida a base de inventar historias sobre nuestro club, siendo el máximo exponente de esta sub especie el argentino de El País Diego Torres. Este hombre entró en el Grupo PRISA siguiendo los pasos de su ídolo de la infancia, Boris Izaguirre, que antes de hacerse famoso por aquí a base de ir dejando manchas de aceite de plató en plató, se ganaba las habichuelas escribiendo culebrones.

Pues como decía, el Madrí de Mauriño anda revuelto. Según nos filtran hay un quintacolumnismo en el vestuario encabezado por ese gran estratega de Camas llamado Zergioh Ramoh, que ahora que nos llega la moda de otoño / invierno ha sacado del armario su palestino y ha alzado la voz contra el dictador portugués. ¡Qué pecados habrán cometido en siglos anteriores los andaluces para haber alumbrado a dos lumbreras como Sánchez Gordillo y Sergio Ramos!. Por otro lado y como también nos sigue filtrando la prensa y a pesar de sus últimas declaraciones, nuestro humilde Capitán también anda disgustado con el míster. Míster, palabro que creo que los futbolistas empezaron a acuñar en tiempos de Valdano, cuando era un misterio escudriñar las explicaciones tácticas del argentino entre el batiburrillo de pedanterías que soltaba el vendeburras porque, seamos honestos, ni uno sabía de dónde venía en realidad la palabra míster, que antes de que nuestros futbolistas empezaran a buscarse la vida en la Gran Bretaña, el jugador medio hablada español y con dificultad. Pero el caso es que, si nos creemos lo que publican por ahí, a Mou no le habla ni su señora, que le habrá retirado el saludo y hasta el sexo. Y así está el pobre con esa cara de mala leche.


Pero la verdad es mucho más simple. Nuestro General portugués tiene que tener cara de mala leche, de desprecio. ¿Dónde se ha visto a un tío que tenga que ir a la guerra con una sonrisa de oreja a oreja y cara de gilipollas? A la batalla se va cubierto de mierda y con malas pulgas, que si no se corre el riesgo de, en el momento de apretar el gatillo, te entre remordimiento de conciencia y no acabes el trabajo, que es lo que le pasa al bueno de Pardeza, que de ir por la vida con tanta felicidad como debe producir el mirar cada fin de mes los ceros de la nómina a cambio de no hacer absolutamente nada, llega la hora de la verdad y se pone a exculpar a un macarra de barrio por partirle la cara a tu jugador franquicia o, peor aún, a invitar al enemigo a comer por Navidad. Y así pues no, mire usté.


Así que en esas estamos, como siempre, incrédulos ante la impunidad que desde todas partes se acribilla al Madrí mientras nuestro presidente, que de tanta endogamia que predica vamos a llamarle también "El Hechizado", se sienta melancólico en el palco recordando los tiempos en los que él era el auténtico macho alfa de la manada y tan pronto tiraba de talonario y le quitaba al eterno rival a su máxima figura, como se reunía con los otros máximos mandatarios para montar un grupo de presión ante las prácticas mafiosas de la UEFA. Aquellos maravillosos años.

domingo, 10 de junio de 2012

¿Por qué lo llaman crisis bancaria cuando quieren decir política?

Y, al final, tras más de un lustro caminando sobre la cuerda floja, España perdió el equilibrio y se vino abajo. Por suerte para nosotros hemos estado jugando con una red de seguridad y ahí es donde hemos caído, en el rescate. Nuestros socios europeos han acudido raudos a nuestra ayuda, como en esos ejercicios de confianza en el prójimo en los que te dejas caer con la esperanza de que alguien acuda y te sujete entre sus brazos. Aunque, bien visto, el caso español bien podría equipararse a dichos ejercicios en el diván de un psicólogo, porque no nos hemos caído. Nos hemos dejado caer. No nos hemos venido abajo. En España, desde hace décadas, se conocen los males endémicos de nuestra economía. Hemos crecido al ritmo de un ladrillo que sabíamos condenado. Hemos rechazado invertir en I+D, sacrificando el corto plazo en aras de una mayor competitividad futura. Conocemos el alto coste de un Estado de Autonomías, manteniendo duplicidades con el único fin de tener contentos a los partidos nacionalistas. 

Los diferentes gobiernos, tanto del pepé como del pesoe, han estado tonteando con las autonomías, tratándolas como a una amante. La han seguido pagando el piso, las joyas e invitándola a copas mientras ella, sentada en su taburete alto de barra de bar, esperaba la llamada de cualquiera de los dos partidos mientras pausadamente removía la aceituna de su martini. Diecisiete amantes mantenidas. Ni Don Draper, ni siquiera Toni Soprano podrían con el alto coste de tanta manutención. Luego llegó la crisis y, aún a sabiendas que no había para más, que había que cerrar el grifo. Que sólo había para una cosa. Había que centrarse en nuestra legítima señora, pagar la hipoteca y la cesta de la compra. Y ni por esas, pepé y pesoe siguieron manteniendo la doble vida. Y el castillo de naipes se ha desmoronado. 

Ahora los partidos, mientras, con la ayuda europea recogen la baraja del suelo, van a por el más difícil todavía. Desde más de siete metros se han jugado un triple imposible que, como el que lanzó Huertas en el último segundo el pasado miércoles, ha entrado. Nos han vendido lo de crisis bancaria. ¿Por qué crisis bancaria? no mintamos. El sistema bancario español, hasta la llegada de MAFO, se sostenía sobre los pilares de un Banco de España riguroso e infalible. Los bancos se veían sometidos a muchos más requisitos que los que nos pedían desde Europa. Era un órgano más o menos independiente y, claro está, eso en el país en el que vivimos, no se podía consentir por ninguno de los dos grandes partidos que, con el pretexto de servir a una nación, no se han servido más que a ellos mismos, con políticas que aseguran la perpetuación de su especie, la política, extraño tipo de parásito que vive, como una garrapata, de chuparle la sangre al resto de habitantes de la piel del toro. 

Señor Rajoy, no nos engañe más. Lo que ha caído no son los bancos españoles. No cuela. Santader, BBVA o Sabadell siguen firmes en la travesía por la crisis. Bancos privados, donde no hay mano política más allá de la inevitable. Los bancos que han caído y por los que nos hemos visto arrastrados hasta el fondo son las cajas. Las cajas controladas por los políticos. Las cajas que han financiado, fieles y serviciales, los continuos desvaríos megalómanos de los caciques autonómicos. Así que, por una vez en la vida, me gustaría oír aquél tópico de las rupturas. Ese no eres tú, soy yo.

jueves, 7 de junio de 2012

Las Mazmorras del Congreso.


Siempre he imaginado que, una vez que las cámaras están apagadas y los periodistas fuera del Congreso, los políticos guardan sus disfraces de archi enemigos y abandonan sus papeles de Mourinho vs Guardiola o de Batman contra el Joker y estallan en carcajadas, que deben llevar conteniendo desde el minuto 2 de la sesión de control del Gobierno y, mientras se secan las lágrimas, se enfundan unas túnicas adornadas con una gaviota empuñando una rosa, a modo de escudo. Ahí es cuando empieza su verdadera reunión, enterrando sus diferencias y, tras cantar el "We Do" que popularizaron los Canteros en aquel memorable capítulo de Los Simpson, cambian el hacha de guerra por las jarras de cerveza, comentando las mejores jugadas a medida que los efluvios etílicos van haciendo su labor. Entonces, abren alguna compuerta secreta y bajarán a algún claustro convenientemente blindado y con inhibidores de frecuencia que les impida caer en la trampa del micrófono abierto. Una vez todo el perímetro está asegurado, Rubalcaba correrá a darle una palmada en la espalda al Presidente del Gobierno.

- 'Mariano, has estado increíble con la reforma laboral, les vamos a tener tan cogidos de los huevos que los únicos con tiempo libre para ir a Sol serán los perroflautas y Willy Toledo. Nadie los va a tomar en serio. No esta vez'.

- 'Para esho eshtamos, Alfredo, p'a servir. Y ya verásh la que tiene preparada Eshpe, que le va a bajar más el sueldo a los funcionariosh. En un par de años esos mataos nos pagarán para ir a la oficina'.

- 'Por supuesto que pagarán, que tenemos que tapar el agujero de Bankia y, además, silenciar a MAFO y a algún otro, que como le dé por rajar, nos lleva a todos por delante y verás qué risas'

-'No te preocupesh, que eshte año tenemos Eurocopa. Pan y circo, querido amigo. Pan y circo...'

Y estallará en una maléfica carcajada mientras un pico de tensión hace oscilar las luces del Congreso, sumiéndolo en una tétrica oscuridad que se irá extendiendo a lo largo de todo el país. Del Cabo de Gata hasta Finisterre. La otrora envidiada España, la que lideraba con su crecimiento exponencial el crecimiento de la Unión Europea, se tambalea momentos antes de venirse abajo, en silencio y sin protestar. Asintiendo servilmente ante las extravagantes demandas de nuestros dirigentes, como hemos hecho a lo largo de toda nuestra Historia. Es lo que tiene haber construido nuestra economía sobre los cimientos fangosos de la corrupción urbanística y el ladrillo.

Mientras la clase política sigue jugando al enfrentamiento de las dos Españas, convertidas en cuatro o cinco a medida que los nacionalismos avanzan sobre la alfombra roja que el ineficaz y negligente modelo de Autonomías les ha tendido, los ciudadanos apuran sus másters online en finanzas domésticas para conseguir cuadrar los presupuestos de los hogares. La pobre maruja que tiene que cambiar su ocio frente al Tomate por una hoja de cálculo para ver cómo carajo va a pagar la subida de la luz, de la gasolina, del pescado, del agua, del IVA, del IRPF y, al paso que vamos, hasta del aire que respiramos mientras, por otro lado le bajan la nómina al marido, que tendrá que agradecer que mantiene su trabajo. Aunque cobre menos que hace dos años. Aunque trabaje más horas. Luego todos nos escandalizamos si vemos que cada vez hay más universitarias que se sacan un sobresueldo con la prostitución. Tendrán que aprovechar las pobres mientras puedan, que al paso que vamos nos cascan el derecho de pernada antes de Navidad.

Y, hablando de la Navidad. Este año el regalo que más pedirán los niños no será la Playstation. Apuesto por la green card. O un cayuco. O cualquier cosa que valga para salir por patas de este país antes de que se hunda del todo y nos encontremos todos con nuestra cartilla de racionamiento a las puertas de Cáritas, peleándonos por un plato de lentejas mientras, en las mazmorras del Congreso, Asamblea u órgano de Gobierno que toque, resuenen las carcajadas de todos aquellos que nos han puesto al borde del abismo y, una vez más, se van a marchar de rositas.

jueves, 19 de abril de 2012

Cornudos y apaleados

El pueblo español está en pie de guerra. Encabronado. Porque una cosa es que haya crisis y tal, que puede ser entendible y si hay que apretarse el cinturón, nos lo apretamos. Adiós al chuletón de kobe y al foie en la nevera y a recibir de nuevo con alegría a la pechuga de pollo y las lentejas. Peor se estuvo en la posguerra, que ni para pollo había y nos tocaba depredar a las ratas, que por raro que suene, bien nos ilustró Delibes sobre lo duro que tuvo que ser aquello. Ahora con la crisis, lo que al español le jode es ir al supermercado y hacer cola para comprar un kilo de legumbres, levantar la vista y ver a la nobleza tibia de caviar y percebes. Por ahí sí que no se pasa. Lo que expresa tan claramente el refranero como además de puta, poner la cama.

Y la cama primero nos la ha hecho poner Rajoy. Nuestro Marianico. Tan entrañable él. Tan concienzudo. Tan coherente. ¿Qué hay que recaudar? pues se enfunda el disfraz de Sheriff de Nottingham y a sajar a la plebe a base de subidas de IRPF. Mientras tanto, las sicav bien, gracias. Como con esto se conoce que no consiguió enfadar demasiado a la gente, lo próximo fue la amnistía para las grandes fortunas en dinero negro. Por un 10% queda todo limpio, limpísimo. Ni en los anuncios de Ariel dan tanta blancura. Un 10%. Que no cobra tan poco ni el abogado corrupto que se encarga del blanqueo de la mafia. En The Wire veíamos a los Avon Barksdale o Marlo Stanfield cagando fuego entre funerarias, negocios inmobiliarios o abogados sobornados para dejar medianamente legales sus fajos de billetes y resulta que todo era mucho más fácil. Podían haberse ido de vacaciones a Ibiza y, de paso, legalizar unos pocos eurillos. Claro, que todo sea por cuadrar los presupuestos, aunque sea a base de no ya maquillar las cuentas, sino directamente meterlas en quirófano y hacerles la liposucción, un poquillo de bótox y lo que caiga.

Hablando de bótox, gracias a él la Kirchner ha conseguido una cara de campeona de póker y nos ha ganado la mano en la partida que jugaba con nuestro Gobierno con la expropiación de YPF. Nuestra reacción, cuando unos se temían la misma firmeza que tuvo Aznar con Perejil, ha sido un tanto diferente. Mariano ha estado templado. Hay quien le llamara cagón porque ahí teníamos que haber puesto los huevos sobre la mesa, a ver quién la tiene más larga, y haberles ocupado, aunque fuera, los cuatro cubitos de hielo que queden del Perito Moreno. Yo, sin embargo, me alegro de la tibieza de Mariano, que aún estoy en la reserva y sin mili ni leches, como me pongan ahora un cetme entre las manos, ríete tú de las habilidades de la Familia Real con una escopeta cerca.

Porque el Rey, aprovechando que Froilán le iba a dejar tranquilo una semana, se lió la manta a la cabeza y se fue a cazar elefantes a Botswana (África). Lo ha hecho por nuestra cultura general, porque hasta hace tres días, aquí preguntabas por Botswana y la gente te diría convencidísima que era el lateral izquierdo suplente del Rennes. Ahora no. No sólo sabemos que es un país, sino que sabemos situarlo en el mapa. Que a ese nivel llegamos con Portugal, Francia y para de contar. Pues como decía, nuestro Juancar se fue de estrangis a cazar elefantes con tan mala suerte que se rompió la cadera y los que le cazamos fuimos nosotros, sus pobres súbditos. Pero lo que nos molestó no es estar con el agua al cuello mientras él anda viviendo la vida loca, que la vida son cuatro días y hay que disfrutarla. Lo que a la plebe le ha jodido es que el Monarca ande cazando un elefante por África cuando podía haber estado cazando a una zorra en Argentina. Así nadie se habría quejado. Ni aquí, ni allí. Y todos contentos.

miércoles, 18 de abril de 2012

Compuesto y sin Champions

Ayer hubo partido de Semifinales de Champions. De escenario, un estadio ensordecedor, de esos que te obligan a bajar el sonido de la tele para no molestar a la parienta. Y de protagonistas, dos de los grandes clubes europeos. Todo idílico, como si de un cuento de hadas se tratara, hasta podíamos ver a Quasimodo corriendo la banda, aunque desde que abandonara Eurodisney se convirtiera al islam y en un putero. Que el islam prohíbe comer cerdo y te quita el jamón, no a la jamona. Sólo faltaba. Luego el cuento tornó en vulgar remake de peli de miedo Serie B, de esas de cuando nos largaban de eliminatorias equipos del empaque del Lyon o el Irún, pero al menos nos volvimos a casa sin un saco de goles, lo que nos hace soñar con una remontada en el Bernabéu.

El Madrid salió enchufado, a por el partido desde el minuto uno. Presión alta, robando en el medio campo y no dejando pensar a los alemanes, a los que no les quedaba más alternativa que jugar al estilo Clemente: patapum p'arriba y que las bajara Mario Gómez, el único jugador alemán del que hablaré en primera persona, que para eso es el único del que puedo escribir el nombre. El madridismo estaba confiante, mano en los genitales como Bardem en el cartel de Jamón, Jamón. Estaban los chavales tan confiados que hasta decidieron probar a Neuer para que se luciera, como queriendo señalar a la afición que eso sí que es un portero de verdad. Uno se lamentaba de haber apostado los cuartos a un resultado corto a favor del Madrid hasta que en un córner nos cascaron el primero. En otras circunstancias diría que fue un golpe de mala suerte, un barullo en el que los rechaces favorecieron al contrario o, incluso, que el árbitro se comió mano y fuera de juego, pero no. Lo del Madrí con los córners está alcanzando el dramatismo de M.A. con los aviones, así que hasta que nuestro Mourdoc nos drogue para que podamos pasar por esos amargos tragos sin perder el control, no nos queda otra que coger un rosario y encomendarnos a todos los santos. Antes nos comíamos los balones por alto, ahora también por bajo. Algo ayuda el tener a un portero de futbolín, con una movilidad exquisita de palo a palo, pero ojalá tuviera en sus salidas la misma longitud de sus ya indisimulables entradas. Hay mendigos que sueñan en las frías noches de invierno con el cartón que deja ver el pelo de Íker.
El gol nos dejó noqueados. Anduvimos el resto de la primera parte con la mirada perdida, buscando no se sabe bien si el túnel de vestuario, el banquillo o el reloj para poder bajar a que nos graparan el ojo y nos cortaran las hemorragias, que amenazaban con dejarnos KO en el partido de ida. Uno soñaba con que saliéramos del túnel con Altintop a la cabeza, aunque sólo fuera por verle, cimitarra en mano, matando infieles en tierras teutonas, pero más bien salimos encabezados por Harry Potter, dependiendo más nuestro gol de la magia que de un trabajo de acoso y derribo como Dios manda. A medida que pasaban los minutos, la esperanza iba dejando paso a esa sensación victimista que trabajamos tan duro en la época de los López Caro, Juandes y Chústeres. Los recientes desaires de la Corona española obligan al Madrid a hacer honor a su título Real y, si el Monarca se rompe la cadera, nosotros nos partimos por la columna. Algún cartel de Wanted con la cara de Alonso se pudo ver por Múnich. En la rueda de prensa posterior, mis tres meses de alemán en el colegio me ayudaron a entender alguna maldad del tipo de, si además del robo de las botas, también habían secuestrado a Alonso. Seguimos sin noticias suyas, con el bueno de Khedira cubriendo todo el centro del campo y, además, recibiendo las leches de la prensa que no se atreven a lanzar al tolosarra. Con este panorama tan negro, nuestra Santísima Trinidad tuvo a bien manifestarse y darnos el gol del empate.

Sin comerlo ni beberlo, sacábamos un empate fuera de casa en Champions. Con el pito y tal. El Bayern obligado a atacar y nosotros, con tres cambios por delante, podríamos por fin contar con los espacios a lo que nos gusta. Controlar el centro del campo y machacar a la contra. Pues no. Mou sufrió uno de sus ya habituales ataques de entrenador en grandes citas y sacó a Marcelo por Ozil y a Granero por Di María. Ni posesión, ni verticalidad, ni nada de nada. Al contrario de lo que pudiera parecer, colocó al carioca por la derecha, dejando a Coentrao solo contra Robben y Lahm. Y sobre la bocina, Lahm deja atrás a un Coentrao que se va al suelo demasiado pronto, quizás confiando en que alguno de sus compañeros le hiciera la cobertura. Centro flojo, raso y por el centro que Pepe no despeja y Casillas se quedan mirando con el anhelo de poder alcanzarlo si tan solo no le obligaran a estar quieto sobre la línea de gol las cadenas que le atan a la portería. Mario Gómez la pilla y gol y nos quedamos todos con la misma cara de tonto que se le debe quedar a Ramos cada vez que le exijan una respuesta que se aleje del monosílabo. Este es el nivel real de nuestro Real. Y, como la familia real, nos disparamos al pie. Hemos empezado a pensar que, o nos emborrachan al oso y al elefante o nos tendremos que conformar con la caza del pichón.

miércoles, 11 de abril de 2012

Cuarenta y nueve millones de razones.


Hace miles de años nuestros antepasados se buscaban las habichuelas a pedradas o lanza en mano. Tal y como vemos ahora en los documentales mientras suena el Así Habló Zaratustra de Strauss, el hombre prehistórico dormía en cuevas al resguardo de los elementos, cazaba y recolectaba lo que se encontrara por su camino. Con los años el hombre evolucionó y empezó a someter al entorno a su antojo. Descubrió que era mucho más complaciente el encasquetarle a cuatro mataos las tareas de caza, siembra y cosecha. Con las necesidades básicas cubiertas es cuando el hombre empieza a aburrirse y se busca entretenimientos alternativos. Aún es pronto para la PS3 así que o bien tocaba emborracharse con los amigotes en la caverna más cercana o ponerse a pintar murales. Así llega el arte. De pintar cuevas con escenas de caza a amasar figuras o aporrear cocos con huesos. Ahí está el origen de lo que más tarde perfeccionarían Velázquez o Quevedo. Mozart o Van Gogh. Shakespeare o Da Vinci.

Luego la cosa ha ido degenerando poco a poco. Hemos pasado de dramaturgos como Lope de Vega a la Sinde; del maestro Rodrigo a Melendi y uno se pone a darle vueltas a la cabeza y, a mí que me disculpen, pero no hay nada de malo en llamar a las cosas por su nombre. De la misma manera que no pretendo que se llame alta cocina creativa al sandwich mixto que me preparo de madrugada para empapar los cubatas que han caído de bar en bar, no quiero que se llame arte ni cultura al último disco de El Barrio o Bebe. Ni a la última película de Médem, o tendremos que empezar a considerar al orfidal el súmmum de la deconstrucción culinaria. Que lo llamen showbusiness, como hacen los yankis, que eso sí refleja la realidad. Negocio del espectáculo, lo traduzco al español porque los idiomas no andan entre los puntos fuertes del ibérico medio. Los idiomas útiles, quicir, que para reivindicar el bable o el euskera siempre tenemos tiempo. A lo que iba: lo que pretenden vendernos como cultura no es más que un entretenimiento, un espectáculo. Como el fútbol, un concierto o los videojuegos. Y como espectáculo, no tiene por qué recibir un duro de subvención. El Gobierno ha reducido las ayudas a cultura este año a 49 kilos. Exactamente 49 millones más de lo que habría que destinar.

Y no es crueldad. Es por su propio bien, que el hambre agudiza el ingenio. Esperemos que con unas famélicas ayudas al cine patrio, a éste no le queden más cojones que decidirse a producir películas que interesen al público. O a rebuscar un poco entre actores con más talento y menos enchufe, que luego en cualquier americanada un niño en un papel secundario le saca los colores a nuestros grandes actores nacionales, esos que no dejan de acumular Goyas en sus estanterías y que endogamizan desde hace décadas el mundo del espectáculo español. Que Cervantes escribió El Quijote estando más pelao que las arcas griegas, con lo que no cuela aquello de que sin subvención no hay cultura. Y menos hoy, que con un ordenador y cuatro perras haces maravillas. Así que, señor Rajoy, le propongo que en vez de tanta amnistía fiscal que no se sabe si recaudará un euro o un millón, ¿por qué no recortar 49 milloncejos más en cine? Total, lo peor que nos puede pasar es que suspendan la gala de los Goya...

lunes, 9 de abril de 2012

Medidas anticrisis, funcionarios y políticos.

De vuelta de las vacaciones, donde he aprovechado para hacer ejercicio de pulgares dándole fuerte al mando de la PS3, he vuelto a retomar viejas costumbres. Levantarme ojeroso con el sonido del despertador. Ducharme y prepararme un café con la apariencia de uno de los caminantes de The Walking Dead y coger la moto para llegar a mi Guantánamo particular: el trabajo. Con la vuelta a la oficina también retomo el café de sobremesa dando un vistazo a las ediciones digitales de la prensa. Como ayer empató el Madrí, he pasado de los deportes y he optado por un análisis de FEDEA sobre la situación de la economía española.

En parte es un muy acertado análisis de lo que tenemos. Digo en parte porque patina en aquello que ellos mismos critican al Gobierno: el populismo. Muy certeros al señalar la calamitosa decisión de Rajoy de esperar a las elecciones andaluzas y asturianas para mover ficha. Todo un estratega. Su jugada maestra será estudiada en las escuelas militares españolas junto con el asedio del 36 al Alcázar de Toledo. También han estado certeros Garicano, Fernández-Villaverde y Santos apuntando la inutilidad de medidas como la subida del IRPF si luego vas a desgravar, otra vez, la compra de vivienda. Pero luego vuelven a lo de siempre: las pensiones y los funcionarios.

A día de hoy pedir que se les baje el sueldo a los funcionarios es trending topic universal en Twitter. Se considera funcionario sólo al tío ojeroso con barba de tres días y sueldo rondando los mil euros que se habrá tirado las últimas décadas de su vida aguantando las buenas maneras de las que los españoles siempre hacemos gala en nuestros actos sociales. O la mujer menopáusica que tendrá sueños húmedos con llegar a su cubículo en Hacienda con un revólver de 40mm y liarse a tiros con el primero que le mente a sus muertos. Normal que eso amargue el carácter. Pero se nos olvida que funcionarios son también los médicos y profesores. Y los bomberos. O mucha gente muy preparada y que se mantienen fuera de la primera línea de combate.

El problema de este país no son los funcionarios. Va en la misma partida presupuestaria, pero no repercute en los bolsillos de los pobres mataos que cambian las cañas por La Latina un domingo cualquiera -ahora que vuelve el buen tiempo- por los códigos civiles en las bibliotecas. El recorte habría que hacerlo en los puestos de libre designación. Aquellos que, hablando en plata, están puestos a dedo. Los consejeros, amiguetes y demás enchufados cuyo mérito no es haberse sacado una oposición, sino haber aprovechado las cañas de los domingos para hacerle la rosca al político de turno para que le colocara en la administración y no de mileuristas precisamente. O esas federaciones que tenemos repartidas por toda la piel del toro donde, a cuenta del dinero público, se manda a los dirigentes políticos ya amortizados a un retiro dorado. Cementerios de elefantes que se llevan un buen pico de los PGE. O las subvenciones a sindicatos y partidos políticos, que tendrían que autofinanciarse. Ya se lucrarán bastante cuando lleguen al poder como para que encima se lucren cuando están en la oposición.

Que luego pasa lo que pasa. Cuando a uno le tocan los años en el poder, los perdedores, en vez de bucear entre cifras y estudios para preparar un programa electoral top, que diría Mourinho, más bien bucean entre litros de licor 43. Porque sólo la embriaguez explicaría los debates parlamentarios que tenemos en este país, cada vez parecidos a una batalla dialéctica entre Gordopilo y Calculín, dos niños repelentes de colegio de curas, en su primer acercamiento a los mundos del dyc con coca-cola. Pues no, señores. Que me parece muy bien que quieran vivir del cuento hasta que les llegue su turno en la Moncloa, lotería que, al contrario que los Euromillones, siempre acaba tocando. A los partidos políticos cero financiación. Que se añadan más casillas a la declaración de la renta. Iglesia, oenegés, partidos políticos, sindicatos y que cada uno mande el dinero a donde le salga de las narices. Pero que dejen de chupar del bote. Y no les sugiero lo que sí podrían chupar porque me cierran el blog. He dicho.

martes, 20 de marzo de 2012

La tarjeta mala del Monopoly.


Todos conocemos el dicho: la política hace extraños compañeros de cama. Cuando un partido llega al poder, se transforma en un adolescente con las hormonas a flor de piel, de esos que se lían la manta a la cabeza y apuntan a cualquier moza que se ponga en su radar. Lo que importa es la experiencia. En política viene a ser lo mismo, pero en busca de poder. Esas alianzas como amores adolescentes que, de tanto brillo e intensidad en sus comienzo, se consumen demasiado deprisa. Esos amores que, hace no tanto, te hacían correr a un fotomatón a buscar el ojo cómplice y confidente que inmortalizara carantoñas y besuqueos. O esos besos robados a la luz de la luna a orillas del Mediterraneo en esos amores tan fugaces que sólo duraban unas vacaciones y se perdían para siempre en el tiempo. Claro que, visto así y como en política hay más endogamia que en los árboles genealógicos de las familias reales, los amores de verano son, casi siempre, con la mismas. O CiU o PNV. No suele haber más donde poner el ojo. Esto le quita romanticismo a la historia y nos dejaría en un entorno menos idílico, con ese chaval de pueblo que, haciéndose mayor y ante la carencia de féminas en edad de merecer en los alrededores, tira de ahorros y se va a probar suerte con una profesional.

Digo esto porque esta tarde ha salido la sentencia de
Matas. Le han caído seis años, seis. Uno por cada astado en tarde de toros. Que ya iba siendo hora que se encerrara a un político a lidiar con un astado, aunque por la condena lo podríamos dejar en vaquilla de capea. En el monopoly que tienen montados los políticos españoles, todos como la banca y con las cartas marcadas, a Matas le ha tocado la que estaba sin marcar. Directo a la cárcel sin pasar por la casilla de salida, aunque supongo que sí que cobrará los 200€. Una vez hecho público el castigo, la jauría de partidos políticos ha corrido a por los restos, aún calientes, de Matas y lo han ido despedazando con saña. Ahora todos se ponen dignos y sacan pecho. El pepé reniega de Matas como un recién separado de esa mujer que, después de engañarle con el jardinero y sacarle hasta el último céntimo de la nómina en modo de pensión, le deja condenado a malvivir en una autocaravana con una mano delante y otra detrás mientras ella disfruta del chalé, los niños, el coche del matrimonio y, por supuesto, del jardinero.

Decía que el PP, a través de Santamaría, se ha desmarcado del corrupto. IU, a través de Cayo Lara, ese orador que hace buenos los discursos de un futbolista a pie de campo, ha indicado que "es bueno que algún chorizo que otro vaya entrando donde tenía que haber entrado hace ya mucho tiempo". Otra Soraya, ésta Rodríguez y portavoz del PSOE, incluso ha preguntado expresamente a Rajoy si sigue queriendo un ejecutivo como el de Matas, en referencia a unas ahora desafortunadas declaraciones de Mariano hace algunos años. La falta de respuesta del pepé a esto denota otra carencia mucho más importante: la falta mucha mala leche en el Congreso. Sólo así se explica que ningún popular le haya replicado a Soraya si no se desmarca su partido de su fundador Pablo Iglesias, autor de grandes alegatos demócratas como "este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones" o del golpe de estado de 1934 llevado a cabo por, exactamente, las mismas siglas que reprentan; que Franco fue el que lo llevó a buen puerto, pero no fue el único con ganas de jarana que había por aquella época.

Ahora todos se vuelven escrupulosos. Desaprobando, con gesto grave y negando con la cabeza, las acciones de su colega, mientras intentan enchufar al hijo de la vecina del quinto. Señalando inquisitorialmente al caído como las mujeres que, con sus barbas postizas, acudían a las lapidaciones en La Vida de Brian. Todos dispuestos a lanzar la primera piedra. No importa que, hasta donde yo sé, tan sólo haya un partido político por España que no tenga a ningún imputado en sus listas. Así que no saquen ni unos ni otros pecho tan pronto. Porque Matas lleva mucho tiempo desvinculado del pepé, pero con Gurtel se tocaban a gente en activo. Y el pesoe tiene ahí a Pepiño Blanco. Y todo el escándo de los EREs andaluces. Y ambos tendrán toda la mierda que aún no se haya destapado y que ni imaginamos. Así que menos hipocresía, por mucho que sea una de nuestras señas de identidad, y más trabajar para esos millones de personas a los que sólo hacen caso cada cuatro años, cuando toca convencerles que acudan a las urnas como si en verdad les importase nuestra opinión.

lunes, 19 de marzo de 2012

Va por usted la muerte de este novillo.

Hoy hace doscientos años de La Pepa, nuestra primera Constitución. Pero no voy a escribir sobre ella, ya hay muchos otros que lo han hecho estos días. Además, como me ponga a hablar de constituciones y llegue a desgranar la actual, acaba pasándome a hacer una visita la Civil y tengo que cerrar el blog. Tan solo recordaré que a la Pepa se le llamó así por ver la luz un 19 de Marzo, día de San José. El santo de los pepes (que no pepés), mariajos y derivados. Y también el Día del Padre. Curioso que se celebre el día del padre con el santo de un hombre que, hasta donde sabemos, jamás fue padre biológico. Quizás ahí está la grandeza de este día. No hace falta que corra la misma sangre por las venas para que un padre quiera a sus hijos más que a su propia vida.

Siempre andamos hablando de las madres, del inquebrantable nexo que las une con sus retoños, como si aún existiera un invisible cordón umblical. Hay quien incluso las eleva a deidad, como El Cuervo, susurrándole a una madre drogadicta "madre es el nombre que dan a Dios los labios y los corazones de los niños". Si hasta en la Biblia se pasa de puntillas sobre la importancia del padre: ahí tenemos a José, un pobre carpintero que bastante tendría con las dudas que le asaltasen sobre la divina paternidad de su retoño, como para que encima le hayan borrado de mala manera de toda la historia. Vamos, que aparece en el portal porque alguien tenía que llevar a la Virgen parturienta, pero si lo hubieran cambiado por un pastor que pasaba por ahí, a efectos de la historia y dado su papel no ya secundario, sino terciario, nada hubiera cambiado. Pues hoy vengo aquí a partir una lanza en favor de todos los padres. Que nunca sabremos qué es llevar una vida en nuestro interior. Cierto. Pero también es cierto que tendremos muchas otras sensaciones para compensarlo. 

De pequeño uno mira a su padre con devoción, con la misma fascinación que un astronauta mirará la tierra la primera vez que alcance el espacio. Los niños acuden a su padre como el adulto a la wikipedia. La fuente de toda sabiduría. El oráculo moderno. Aunque no se tenga ni pajolera idea, con la paternidad se desarrolla una dialéctica y capacidad de inventiva que tiene que mantener engañado al niño. La infalibilidad del viejo, primer axioma de la paternidad. Con los años uno se da cuenta que su padre no es perfecto, pero da igual. Para mí, como supongo que para cualquiera, mi padre es el tío más grande que habrá en este mundo. Ni Julio César, Da Vinci o Mozart. Ni siquiera Mourinho. Y el ir descubriendo sus defectos no hace sino aumentar la admiración que se siente por él porque, siendo perfecto, todo debe resultar facilísimo, pero criar, educar y dejarse la piel día tras para que no falte el pan no debe ser fácil. O, sobretodo, aguantarme. Y desde aquí lo agradezco. Y lo agradezco hasta tal punto que uno, que tampoco es perfecto, hay algunos defectos de los que me siento particularmente orgulloso, y son aquellos que me asemejan a mi padre. Igual con las virtudes, que alguna también habré heredado. Aquello que haga a la gente afirmar con rotundidad que soy su hijo. Con mayor certeza que una prueba de ADN.


Porque, si ahora volviera atrás en el tiempo y tuviera la oportunidad de elegir, de entre todo el mundo, quién tendría la gloria y el honor de ser mi padre, tropezaría en la misma piedra. Lo siento por mi madre porque tendría que aguantarle otro porrón de años repetir las mismas historias una y otra vez. O verle coger la toalla cual capote para hacer las mismas verónicas al viento que ha hecho tantos años. O mirar con tal fruición los bolsos de las señoras hasta el punto que, de no saber que eso nos ha dado de comer, sospecharíamos que cualquier día nos lo íbamos a encontrar con tacones altos y tirando abajo el armario de una patada. O verle presumir con su carnet de periodista, con esa foto de un joven imberbe, de tiempos del Caudillo. O revisitar sus tiempos mozos cada vez que paseas con él por el casco viejo de Madrí. Pues a pesar de todo, le volvería a escoger a él. Algo bueno habrá hecho. Así que, va por usted la muerte de este novillo. Felicidades, papá.

miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Hacienda somos todos?

Ayer era un día especial para los políticos de Izquierda Unida. Hoy tocaba peinarse, maquillarse y hasta repasar algún discurso. Incluso hubo quien desempolvó la ropa de los domingos, ésa que se ponían tan a menudo en los tiempos de Anguita. Alguno incluso se metió la estampita de la bandera republicana en la cartera, con mimo, como si de un amuleto se tratase. El día había llegado. Sabían que ayer era el día al año en el que consiguen sus 15 minutos de fama sin tener que recurrir a las chorradas que suelte Llamazares. Quizás por eso, por el encorsetamiento de su líder -ya más cercano a acompañar en el reparto de alguna comedia casposa a Antonia Resines o Jesús Bonilla-, ayer le tocó ser el foco de atención a la diputada Claridad García. La pregunta del millón: ¿a cuánto asciende la deuda con Hacienda de los clubes de fútbol?

A casi ná, 752 milloncejos. Un 24% más de la que había en el 2008. Desde entonces hasta hoy, los ciudadanos hemos tenido que probar diferentes posturas dentro del otrora estigmatizado y tabú tema del sexo anal. Nos la han metido con delicadeza y sin que se note, susurrándonos palabras de amor al oído. También de manera violenta y forzada, dejándonos el sabor amargo de sabernos violados. E incluso hay quien se ha ofrecido a la autosodomía, como los famosos voluntarios de la Botella. Pues a los clubes de fútbol no sólo no se les ha introducido en las prácticas de la penetración rectal, sino que se les ha dado más manga ancha. Lógico. Aún tenemos en la retina las imágenes de Sevilla y Vigo echados a la calle para protestar porque habían descendido a sus equipos por no cumplir con unos avales exigidos por ley con la consiguiente bajada de pantalones de RFEF. Aquí no necesitamos ni el pan, con el circo vamos sobrados. Y yo soy futbolero, pero el nivel de panderetismo que adquirimos cuando nos tocan la pelotita -si aún fueran las pelotas- nos hace tener que buscar una palabra que amplíe el concepto de España cañí.

Rajoy, que si fuera futbolista tendría el perfil de esos extremos pequeños y habilidosos que revolucionaban los partidos en las segundas partes, por eso de ir de recorte tras recorte desde que ha entrado en la Presidencia, ahora tiene el reto de conseguir que pasen por caja. Con esos 752 millones igual no hubiera hecho falta congelar las pensiones o bajarle el sueldo a los funcionarios. O igual la subida del IRPF hubiera afectado a rentas más altas dejando a la clase media más liberada, que bastante peso ya carga sobre sus hombros. O igual no, hubieramos seguido todos igual de jodidos, pero al menos tendríamos todos la sensación de igualdad ante la justicia. De quien la hace la paga. Aunque sea mentira. Aunque luego sigan caminando libremente los presidentes de las entidades financieras que han tenido que ser rescatadas con dinero público. Aunque no se atrevan a investigar si salpica algo del caso Urdangarín a la Casa Real. Aunque no se vaya a juzgar jamás a ex presidente alguno, ya les pillen con las manos en el GAL, falsificando cifras de déficit o dejando al país en la ruina.

Pero estamos en España, donde no importa que nos vayamos todos a la mierda con tal de podernos sentar a ver el partido en abierto con una cerveza fría. Donde no nos importa dilapidar millones y millones de euros para que cada aldea pueda presumir de ayuntamiento, identidad y gilipolleces propias aunque las administraciones incurran en dupli o triplicidades. Y donde, por supuesto, cuando el Euribor estaba bajo no importaba sobretasar la casa para poderse comprar el Cayenne a 40 años, aunque no se llegara a fin de mes. La verdad es que, ahora que me paro a pensarlo, tenemos lo que nos merecemos.

lunes, 12 de marzo de 2012

De la Tómbola a la Noria

Pensaba que no hacía tanto tiempo de cuando volvía del colegio y me plantaba delante de la televisión a ver Barrio Sésamo. No había nada como soltar la mochila, coger la merienda y plantarse delante de la tele a ver a Espinete y sus amigos. Con la llegada de las televisiones privadas, el abanico se amplió y pasé a disfrutar de Rita Irasema y Miliki. El ritual no había cambiado. Quizás los ingredientes de la merienda, dejando de lado el fuagrás por los bollicao, que había que conseguir forrar los libros de texto de sociales con las pegatinitas de los toi. Era la época de Campeones, de Juana y Sergio, de apagar la tele y bajar a la calle a hacer el cafre. Así pasaba las tardes. Garabateando a toda prisa los deberes para poder ponerme a diseñar las equipaciones de mis chapas, con las que fardaría al día siguiente en el colegio.

Con el tiempo dejé de prestarle atención a la televisión. Tenía otras preocupaciones más importantes como aprender a rellenar las imposibles fichas de los personajes de algún que otro juego de rol. O plantándome horas y horas agarrado al mando de la Master System o la NES. O quedando con los amigos para comentar confidencialmente cómo las niñas con las que habíamos crecido empezaban a convertirse en mujeres. Metiéndonos con ellas. La manera infantil que tenemos para empezar a asumir que ha cambiado nuestro mundo. El caso es que acabé dejando de lado la tele y para cuando quise retomarla, me sentí igual que Rick Grimes al despertar en su cama del hospital y encontrarse con que el mundo entero se había llenado de zombis. En ese tiempo que anduve desconectado hubo algún ejecutivo que decidió que ya estaba bien de poner programas serios. Que no los veía ni el tato. Y así surgió el principio del fin.

En algún recóndito lugar de Valencia -ciudad que ya tenía marcada en mi lista negra como cuna del puto bakalao- se produjo un aquelarre y varios tíos en traje pintaron una ouija en el suelo de una cadena de televisión, desempolvaron algún viejo libro de brujería y pacientemente empezaron a invocar uno a uno a todos los demonios conocidos hasta que alguno aceptó su oferta: sus almas por un pico de audiencia en el late night. Mefisto o Belcebú o el bicharraco que invocaran escupió fuego. Y sangre. Y flemas. Y ahí, delante de todos aparecieron sus hijos, enviados a la tierra para amargarnos la existencia. Los llamaron Mariñas y Karmele. Y llamaron a Ximo Rovira para moderarlos, o para intentarlo -¡que te calles, Ximo!-. Y ahí terminó la vida como la conocíamos. Hace ya 15 largos años de aquello, que acabó llamándose Tómbola y que supuso un punto de inflexión en nuestras vidas. La televisión empezó a llenarse de belenes estébanes, antonios davides y demás chusma que fueron el germen de la fauna que ahora puebla los platós de televisión. Sin ellos, ahora no existiría ni el Tomate, ni la Noria ni MYHYV y los niños seguirían queriendo ser médicos, astronautas o bomberos en lugar de chuloputas y chonis.

Y ahora el engendro ya es demasiado grande y demasiado poderoso para pararlo. El cáncer se ha expandido y ya no sólo son las marujas las que pierden el seso viendo a la vieja gloria del papel couché vender su orgullo por un puñado de euros o a alguna chica conseguir sus quince minutos de gloria por haberse follado a algún famoso de medio pelo. Ahora también tenemos la versión masculina. Platós llenos de ex futbolistas que pretenden sentar cátedra con las cuatro palabras que consiguieron aprender a pronunciar entre partido y entreno. Llenos de tertulianos de bar reclamando el trono de Hume o Descartes, sentando cátedra con cada patada al diccionario. Como he dicho, ya es demasiado tarde y sólo nos queda celebrar el decimoquinto aniversario de cuando la televisión en España se convirtió en el zombi que hoy conocemos. ¡Larga vida a Tómbola!

domingo, 11 de marzo de 2012

Otro récord más para Mourinho.

El Madrid salió al Villamarín con la misma actitud con la que un adolescente encara su primera cita. Ansioso, rápido y descontrolado. Culpa de ello la tuvo el conjunto bético, que traía una consigna clara de los vestuarios: presión arriba y no dejando respirar al centro del campo merengue, asfixiando a Ozil y Xabi Alonso. Con Kaká desaparecido y con Raúl Bravo ocupando el cuerpo de Marcelo, no había ninguna salida de balón posible, lo que se tradujo en pérdidas constantes de balón y juego precipitado, que aprovechó el Betis para machacar al Madrid a la contra. Y en una de esas contras llega el gol del conjunto sevillano: balón largo matado magníficamente por el codo de Rubén Castro que se lo pone en bandeja a Molina para que fusile a Casillas. 1-0 para el Betis y adiós a mis opciones de ganar la porra.

El Madrid, al contrario que en otros encuentros, no reaccionó ante el gol y siguió igual de impreciso y perdido. Resacoso. Mourinho garabateaba todos los defectos que encontraba en sus jugadores, lo que hoy ha obligado a talar varias docenas de árboles. O quizás estaba falsificando recetas de orfidal para chutárselos a sus jugadores en el descanso, a saber. Marcelo continuamente superado por Jeff. Montero. Ramos pegando patapum p'arriba de esos que le gustan a Clemente. Pero, como a los grandes, la Diosa Fortuna nos guiñó un ojo y permitió a Ozil meter un balón para la carrera del Pipita que, escorado a la derecha, lanzó un misil que se coló por el palo corto. La crisis de juego y goles del argentino y tal. 

Así continuó hasta el descanso el partido. De un lado para otro. Con ocasiones para ambos equipos. Pipa y Ronaldo perdonaron el segundo y Casillas, por fin, tuvo la oportunidad de sujetar el larguero que con tanto mimo vigila tras un lanzamiento de falta que chocó contra el travesaño. Pero no nos olvidemos de Iturralde. Iturralde on fire. Showtime. Creyéndose Lahoz, intentaba interrumpir poco el partido, pero sin el criterio de éste. Permitiendo excesiva dureza a los jugadores béticos y sacando un par de amarillas absurdas a Kaká e Higuaín. De nuevo, los Dioses de nuestra parte e Iturralde, que debe compartir entrenador personal con Relaño o Lu Martín, sufrió un pinchazo que le impidió continuar en la segunda parte, siendo sustituído por el cuarto árbitro. A estas horas seguimos pendientes del parte médico de los servicios del F. C. Barcelona para saber el alcance de la lesión de la estrella blaugrana.

La segunda parte siguió igual de correcalles, lo que nos hace sospechar que Mourinho no encontró ningún Red Bull por el Villamarín, pero sí encontró a Ronaldo, ése cuyos goles no valen puntos, que adelantó al Madrid en una jugada iniciada por Pepe -hoy Pepenbauer, dejando a Pepe Torrance en casa- con un gran pase a Kaka que, controlando el balón con una orientación perfecta del cuerpo, abre a Marcelo que lanza un sombrero que acaba en los pies del Gitano. Y nuestro Yitan no perdona. Tras el gol, lejos de calmarnos mantenemos la torrija generalizada y tres minutos después, en el 55, empata el Betis. Enésima jugada a balón parado que nos percute el ojal. Saque de esquina de Salva Sevilla, Casillas en su faceta de portero de futbolín se queda bajo el larguero y Arbeloa, tras ver venir el balón paseándose por todo el area, asiste de pecho a Jefferson Montero para que empate el partido. Justo premio para el jugador ecuatoriano, que trajo a Marcelo y Arbeloa por la calle de la amargura.

El Betis planteó un partido muy valiente. Un intercambio salvaje de golpes. Un combate a quemarropa, con la esperanza de noquear al Madrid, única salida posible al planteamiento de Pepe Mel. Y casi lo consigue. Con empate a dos tuvo al Madrid contra las cuerdas pero el gigante blanco, hoy de rojo, acabó sacudiendo un gancho que dejó KO a los béticos tras un barullo en el área verdiblanca, con un remate impecable de Ramos que despejó como pudo Fabricio, dejando el rechace a los pies de nuestro Yitan, que remató al fondo de las mallas. Tras esto Mourinho movió el banquillo y sacó Granero y Callejón por Kaká e Higuaín para darle pausa al partido e intentar hacerse con el centro del campo. Hablando de centro del campo, mientras escribo me acuerdo de Khedira. Brillante, como siempre, en su función gris. No se le ve nunca, pero estuvo impecable en el corte en todo momento. 

El Betis yacía, exhausto, contra las cuerdas, esquivando los continuos puñetazos que le lanzaba el Madrid e intentando buscar las fuerzas para un último golpe, mientras Mou le daba cinco minutos a Benzemá para que coja tono después de su lesión. El último golpe bético llegó, cómo no, a balón parado tras la enésima cagada de Arbeloa en el partido de hoy y sobre la bocina, con un remate de Montero que rechaza Ramos, no se sabe muy bien si con el muslo o la mano, ante las quejas de los verdiblancos. Tras esta última polémica, pitido final y récord de victorias seguidas como visitante para el Real Madrid de Mourinho. Once. Superando la anterior marca de Míster Puntaje y con la satisfacción de haber ganado un partido a caraperro, donde hace no mucho nos dejábamos esos puntos que acaban decidiendo las Ligas.

sábado, 10 de marzo de 2012

Refundación.

Al final parece que los sindicatos han dado el do de pecho y se lanzan a la desesperada contra la reforma laboral del Gobierno. Digo a la desesperada porque su imagen ha quedado inequivocamente dañada durante las dos legislaturas pasadas cuando, en vez de golpear con fuerza la mesa y gritar un basta ya mientras las cifras de paro crecían y crecían, a pesar de los esfuerzos del ejecutivo por maquillar las cifras con más énfasis que los Fisher ponían en dejar presentables los cadáveres que llegaban al negocio familiar en Six Feet Under. 

Durante el Gobierno del PSOE los sindicatos han quedado a la altura de los policías corruptos en las películas de la mafia. Esos que, de cuando en cuando, se sientan en la mesa, adornada con un mantel rojo de cuadros, que ocupa  el capo mientras éste sorbe con delicadeza su espresso e intercambian unas frases vacías hasta que el chico de los recados aparece con un sobre marrón atado con gomas. Zapatero silenció a los sindicatos a base de subvenciones y estos, de tanto hacerse los suecos, poco les faltó para acudir al registro a cambiarse los nombres por unos más acordes a su nueva condición escandinava. Toxoson y Mendezberg. Nuestros líderes sindicales.

Esta situación ha creado un desapego entre las personas que, supuestamente, deben velar por los intereses del trabajador y el propio trabajador, asfixiado y sumido en la depresión de ver que, cuanto más nada para evitar ahogarse, más se aleja de la orilla. El trabajador que hace auténticos prodigios de ingeniería financiera -ríete tú de las virguerías contables de las grandes fortunas para defraudar a Hacienda- para pagar las letras de la casa, el colegio de los niños y que no falten unas lentejas en la mesa. El líder sindical que colecciona relojes de lujo y gusta de probar los restaurantes más exclusivos que pueda encontrar.

Aquí ya no hay vuelta de hoja. Se ha alcanzado el punto de no retorno y tan sólo los más incondicionales o fanáticos pueden defender los métodos de los líderes de UGT y CCOO. Siempre nos quedará la duda de si esta huelga es por la rebaja en las subvenciones o realmente les preocupa la situación laboral del país. Porque las políticas no pueden juzgarse con inmediatez en el tiempo. Si el Gobierno quiere remangarse y sacarnos adelante, sabe que las reformas estructurales necesarias le harán perder las elecciones. Somos la primera generación que va a vivir peor que sus padres. Como me dijo un amigo en perfecto estado de sobriedad, nuestra generación va a sacrificarse para que nuestros hijos puedan crecer como lo hicimos nosotros. Y con esa mentalidad debemos remar todos en la misma dirección. Ni protestas ni huelgas porque no te gusten las siglas que nos gobiernan porque así no saldremos adelante.

Aunque en España siempre ha tenido mucho tirón el corto plazo, cuyo máximo representante siempre ha sido Keynes, un tipo listo. Brillante en su visión de que lo importante, en política, es ver el resultado a un mes vista. Como él decía: a largo plazo, todos muertos. Para entendernos, las políticas con rédito político -quicir, electoral- se asemejan a un amanecer de resaca en el que acudes a un bloody mary. Alivio instantáneo de los síntomas, aunque por la tarde quieras morir.

viernes, 9 de marzo de 2012

La leyenda de la mujer trabajadora


Érase una vez un mundo que tenía tan asimilado que las mujeres fueran trabajadoras, que no necesitaba ningún día para recordarlo. Érase una vez un mundo tan lleno de mujeres trabajadoras, que el recuerdo de la celebrar un día para ellas era tan lejano como el de la danza de la lluvia. Érase una vez un mundo en el que no hacía falta ponerse un pin en la solapa para demostrar a la gente lo comprometido que se era.

Ayer, como sabréis -los medios de comunicación ya se encargaron de recordarlo-, se celebró el día de la mujer trabajadora. A mí que me perdonen, pero eso me suena mal. Como si se celebrara el día del político honrado o del ruso sobrio. Da a entender que son excepciones, que lo generalizado es el comportamiento opuesto y, vive Dios, que a lo largo de la historia lo raro ha sido exactamente lo contrario. ¿Cuándo se ha visto a la mujer tocarse alegremente sus genitales sin más preocupación que vaciar la jarra de vino?. La mujer siempre ha trabajado, ya en los tiempos en que vestíamos taparrabos, salando las carnes que traía el cazador o recolectando hierbas como, a día de hoy, de una manera mucho más sofisticada con su BlackBerry y su portátil como apéndices más del cuerpo. Y que venga alguien, si tiene cojones, a decirme que lo que hicieron mis abuelas y mi madre de criar a una jauría, llevar una casa y educarnos -más mal que bien, vale, eso lo acepto- no es trabajo porque entonces no quedará sino batirse.

Si a mí me parece muy bien que hace cincuenta años se celebrara el día de la mujer trabajadora. O hace cien el del negro libre. Lo que no se puede negar es que a día de hoy eso está desfasado, obsoleto y tan sólo permanece en nuestra memoria como un recuerdo de tiempos ya completamente superados. Como cuando aún había derecho de pernada o contratabas a un par de salvajes para alimentar a los leones en un circo. Y que nadie me diga que es que en Chiquitistán la mujer no trabaja y por eso lo celebramos aquí. Porque entonces celebremos también que no cortamos la mano a los ladrones, que no matamos a la segunda hija o, por rizar el rizo, que vayamos todos los madridistas en procesión a la Cibeles cuando el Madrid se asegure matemáticamente la permanencia.

Señores, el problema de nuestra sociedad es que, de tan buen rollista y tolerante, se ha vuelto gilipollas. Y el día en que nos quitemos tanto complejo de encima, ese día será el que habremos de marcar a fuego en los calendarios y celebrar mientras dure el mundo. Aunque, con la que está cayendo, me conformo con la solución más sensata: dedicar el 8 de Marzo al hombre y mujer, no ya trabajadores, sino con trabajo, por lo cada vez más extraño del caso. Que ya son más de cinco millones los parados (y paradas) y la cosa no tiene visos de mejoría.

jueves, 8 de marzo de 2012

La Culpa Fue de las Chachas

Uno de los recuerdos instantáneos que acuden a mi cabeza cuando pienso en Nochevieja son los especiales de Martes y Trece. Únicos. Muchos han intentado llenar su vacío, pero ninguno lo ha logrado. Millones de gags acuden a mi cabeza: Encarna Sánchez y la empanadilla de Móstoles. Lauren Castigo entrevistando a Paca de Carmona. Pero sobretodo a Millán, disfrazado de Jaime Urrutia, liderando a sus Gabinete Cagalera en el escenario mientras tocaban La Culpa Fue de la Chacha.

Ahora Mariano Rajoy ha desempolvado sus viejas cintas de vídeo en pleno brainstorming popular y han llegado a la misma conclusión que Josema y Millán hace veinte años: la culpa es de las chachas. Sí, señor. La economía sumergida de este país se sostiene gracias a los 10 euros / hora que cobra de media una empleada doméstica y ahora hay que darlas de alta en la Seguridad Social y, a nada que nos pongamos tontos, en el Real Gremio de Asistentas y Doncellas. No sé de qué me sorprendo, teniendo en cuenta que, de la plantilla destinada a investigar fraudes, al 80% le destinan a tocar los huevecillos a los muertos de hambre, aunque el 70% de la evasión la comenten las grandes fortunas. Lógico. Si no tengo donde caerme muerto, ¿qué voy a defraudar? ¿el bonobús que me saco con el carné de jubilado de mi padre?. ¡Que me detengan!.

Pues como decía, nuestro Presidente ahora ha decidido que hay que dar de alta en la Seguridad Social a las empleadas aunque trabajen una hora a la semana en una casa. Y pagarles las vacaciones. Y las bajas. Según salió la noticia, millones de fotógrafos, abogados y otros profesionales freelance eternamente condenados a la dura vida y tributación del autónomo, llenaron los tablones de anuncios de las Iglesias y paradas de autobús. También saturaron la red. Todos ofrecían sus servicios para lavar, planchar, fregar y cuidar niños. Experiencia demostrable y con inmejorables referencias. Normal, todos ellos, con lo que les sajan por autónomos y lo poco que les pagan sus empresas -ni vacaciones ni leches: no work, no money-, están acostumbrados a no poderse costear una chacha y se han vuelto diestros en el arte del lavado a mano del cachemir, planchado de camisa de lino y limpieza de cristales en noveno piso sin andamio.

Pero no os dejéis engañar. El objetivo de esta propuesta no es acabar con los millones y millones de céntimos de euro que mueven las mafias de la limpieza. Ríete tú de los contrabandistas de armas, de los capos de la droga o de los de la trata de blancas. El objetivo es sencillo, pero muy mal vendido y pero explicado: a día de hoy Marianico El Corto no puede retirar los 400 euros de subsidio a los parados de larga duración porque entonces medio país se le tira a la calle, antorcha en mano, a prender La Moncloa. Tampoco puede reducir la duración del paro por lo mismo. ¿Solución? A legalizar a las chachas que, con suerte, nos ahorra unos lereles en subsidios. Ése es el verdadero motivo. Que no os engañen.

Ahora bien, Mariano no ha tenido en cuenta una cosa: no está la situación como para tocarle (más) el bolsillo al personal. La gente tiene chacha a 10 euros la hora. Un par de copas que no tomo el fin de semana y ya está. Como se ponga en 16, la gente se baja un curso de plancha y costura del eMule y a planchar se ha dicho. Y le habrá salido el tiro por la culata. Y la gente más necesitada tendrá aún menos dinero.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Paola y Marcelo: living la vida loca.


He tenido un tanto abandonado este espacio durante las últimas semanas. Podría excusarme en el tan recurrido miedo al folio en blanco, pero mentiría. Uno es muy madridista y en cuanto ve algo blanco, tiendo a llevarme la mano instintivamente al pecho más cercano que, por lo general, suele ser el propio. El blanco me motiva. Así que no mentiré. Se me ocurrió meter en el reproductor multimedia The Wire y darle al play. Ahora soy adicto.

Pero al tema. Además de mi amor a los sindicatos, y que aún no he terminado de hacerme con la segunda temporada de The Wire -por medios perfectamente legales, huelga decir- lo que me ha despertado de mi letargo ha sido una noticia que he leído en El Mundo: Paola y Marcelo, pobrecitos ellos, entregan 90.000 firmas para que el malvado banco opresor les perdone le deuda que contrajeron con ellos sin que nadie les pusiera una pistola en la cabeza y les obligara a firmar. Que ya podían haberle pedido un euro a cada firmante y saldaban la deuda, pero si puedes gestarte un sinpa, pa qué. Si a los medios de comunicación, a todos,ellos se les hace el culo pepsicola en cuanto pueden meter mano a algún banco. El rigor es lo de menos. No dejes que la verdad te estropée una noticia, porque en ningún medio se leerá que esta pareja llevaban casi tres años sin pagar la hipoteca. Una hipoteca que habían firmado hacía tan solo cinco. Con un par.

Ahora lo cool es izar la bandera de la injusticia. Dación salda deuda. Claro. Ahora reescribamos las fábulas. ¿Recuerdan la de la cigarra y la hormiga? Pues ahora quedará tal que así: érase una vez una pareja de cigarras que deciden comprar una casa que no se pueden permitir. Mientras viven la vida y disfrutan sin pagar un céntimo por la casa, hay miles de hormiguitas que pagan sus letras religiosamente, a costa de realizar sacrificios. Otras hormiguitas, sin embargo, en vez de optar por endeudarse de por vida y ser propietarios -la única palabra del vocabulario de Cuéntame que no está desfasada-, prefirieron vivir de alquiler en alguna casa más modesta que pudieran abandonar si el invierno se convertía en uno de eso de los que presumen los viejos Stark en Invernalia. Pero nuestras cigarras prefirieron seguir a su bola. Ahora, sin embargo, al final del cuento, las cigarras viven felices y comen perdices mientras las pobres hormigas se quedan con cara de tontas y se preguntan, como Mourinho, ¿pur qué?. ¿Pur qué las cigarras viven por la gorra? ¿pur qué ellas, hormiguitas trabajadoras, tienen que vivir asfixiadas?

Muy sencillo: porque a los directores de informativos ahora les parece muy transgresor sacar a cuarenta tíos con rastas pataleando y luchando por sus derechos. Para derecho el mío a vivir libre de piojos. Desde que los indignados ocuparon Sol, ahora los perroflautas tienen también un fijo de cuota de pantalla. Me pregunto qué harían estos mismos periodistas si tuvieran un piso alquilado a unos señores que llevan sin pagarles una sola mensualidad desde hace tres años. Yo llamaría a los geos y les sacaba a hostias del lugar. O alquilaba el piso de al lado y les plantaba unos amplificadores con Rosarito sonando a todo trapo 24/7. Pero yo soy tan sólo un violento fascista. No soy progre. No soy cool. No soy solidario. Estoy seguro que quienes se parten el pecho defendiendo la dación en pago, sin ningún problema perdonarían tres años de alquiler. Y de regalo las facturas de la luz. Y los ibis. Y los muebles. Y si tienen la suerte de tener de inquilino a un negro bien dotado, también le pondrán el culo en pompa, previo huntamiento en vaselina. Que el pobrecito tendrá que desahogarse. Que vivir por la patilla es muy estresante.

Así que, amigos, el consejo de hoy de su banquero favorito es el siguiente: si los malos les aprietan las tuercas, olvídense de apretarse el cinturón y saldar su deuda. Nada de contratar abogados. Nada de vender la casa a bajo precio. Pongan un Melendi en su vida y llamen a la televisión.

martes, 6 de marzo de 2012

El Extraño Compromiso Sindical

Ni siquiera han dado los 100 días de margen para saltar a la yugular de Rajoy por su gestión. Esas hienas que se parapetan detrás de las siglas de CCOO y UGT ya han saltado a la calle con la pancarta en mano clamando contra los herederos del Caudillo. Los mismos que aguantaron durante siete largos años metidos en casa mientras las gráficas que mostraban la evolución del paro se asemejaban más al perfil de la etapa reina del Tour para montarle una huelga general a Zetapé, se han desentumecido sus manos y aclarado la garganta para protestar contra la reforma laboral.

Habrá sido duro para ellos, liberados muchos, el poner el despertador. La última vez que lo hicieron aún no había teléfonos móviles. Ni siquiera había relojes digitales, así que imaginen el panorama. Al maromo de turno levantándose a las 9 y la mujer preocupadísima pensando que se va a ver a la querida, por mucho que el marido jure y perjure que sale a la calle a manifestarse y a ganarse el sueldo... porque no ganan poco precisamente. A mí se me caería la cara de vergüenza el ir de defensor del obrero, gritar proclamas contra la lucha de clases y tener en mi casa una colección de relojes donde el más barato supera los 5.000 euros, que viene a ser más o menos lo que ven al año muchas familias condenadas al eterno subsidio de los 450 al mes.

Porque de los liberales se podrá decir muchas cosas: que si son unos desalmados. Que si quieren recuperar la esclavitud. Que si van por la calle con el tridente, el rabo y los cuernos. Pero, coño, al menos son coherentes. No van pregonando una igualdad y un reparto equitativo y luego dándose a la buena vida. Que aquí todos son muy de izquierdas mientras no les toquen la cartera. Mucho reparto equitativo de bienes, pero como vea a un vagabundo acampado a las puertas de mi chalé de Somosaguas llamo a la civil y que me limpien la calle, que uno no vive en una urbanización exclusiva para tener que ver al populacho.

¿A santo de qué tiene que ir dinero público a financiar unos sindicatos en los que creo menos que en los Reyes Magos? No digo que no deban existir, sino que se financien con las cuotas de sus afiliados. Como también deben hacer la patronal. Y los partidos políticos. Que aquí todos ponemos a caldo al cine español y nos rasgamos las vestiduras por la cantidad de euros en subvenciones que se lleva la enésima revisión de la Guerra Civil, cuando no hacen sino lo que todo españolito que se precie: coger el dinero y correr. Que de igual manera que no he visto a la Coixet devolver un duro, tampoco he visto a Rosell o a Méndez renunciar a sus dietas y, vive Dios, ninguno de ellos tiene pinta de pasar hambre.

A mí, de todas formas, es que sólo ha habido un sindicato con el que haya simpatizado. El que lideraba Al Capone. Ya puestos a que me roben, que sea a punta de pistola. Y a punta de pistola los pondría a más de uno por elegir el 11M para salir a la calle. Que una cosa es que, gracias a ETA, aquí coleccionemos atentados como en otros países Premios Nóbel, y otra muy distinta es que en el octavo aniversario del mayor atentado que ha sufrido nuestro país, salgan a la calle los mismos estómagos agradecidos que callaron durante ocho largos años mientras el presidente -ya saliente, aunque no haga ni escasos 100 días- dilapidaba la herencia recibida y gestionaba la crisis de la peor de las maneras posibles.

Un aplauso para los sindicatos. Sí señor. Me quito el sombrero.