miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Hacienda somos todos?

Ayer era un día especial para los políticos de Izquierda Unida. Hoy tocaba peinarse, maquillarse y hasta repasar algún discurso. Incluso hubo quien desempolvó la ropa de los domingos, ésa que se ponían tan a menudo en los tiempos de Anguita. Alguno incluso se metió la estampita de la bandera republicana en la cartera, con mimo, como si de un amuleto se tratase. El día había llegado. Sabían que ayer era el día al año en el que consiguen sus 15 minutos de fama sin tener que recurrir a las chorradas que suelte Llamazares. Quizás por eso, por el encorsetamiento de su líder -ya más cercano a acompañar en el reparto de alguna comedia casposa a Antonia Resines o Jesús Bonilla-, ayer le tocó ser el foco de atención a la diputada Claridad García. La pregunta del millón: ¿a cuánto asciende la deuda con Hacienda de los clubes de fútbol?

A casi ná, 752 milloncejos. Un 24% más de la que había en el 2008. Desde entonces hasta hoy, los ciudadanos hemos tenido que probar diferentes posturas dentro del otrora estigmatizado y tabú tema del sexo anal. Nos la han metido con delicadeza y sin que se note, susurrándonos palabras de amor al oído. También de manera violenta y forzada, dejándonos el sabor amargo de sabernos violados. E incluso hay quien se ha ofrecido a la autosodomía, como los famosos voluntarios de la Botella. Pues a los clubes de fútbol no sólo no se les ha introducido en las prácticas de la penetración rectal, sino que se les ha dado más manga ancha. Lógico. Aún tenemos en la retina las imágenes de Sevilla y Vigo echados a la calle para protestar porque habían descendido a sus equipos por no cumplir con unos avales exigidos por ley con la consiguiente bajada de pantalones de RFEF. Aquí no necesitamos ni el pan, con el circo vamos sobrados. Y yo soy futbolero, pero el nivel de panderetismo que adquirimos cuando nos tocan la pelotita -si aún fueran las pelotas- nos hace tener que buscar una palabra que amplíe el concepto de España cañí.

Rajoy, que si fuera futbolista tendría el perfil de esos extremos pequeños y habilidosos que revolucionaban los partidos en las segundas partes, por eso de ir de recorte tras recorte desde que ha entrado en la Presidencia, ahora tiene el reto de conseguir que pasen por caja. Con esos 752 millones igual no hubiera hecho falta congelar las pensiones o bajarle el sueldo a los funcionarios. O igual la subida del IRPF hubiera afectado a rentas más altas dejando a la clase media más liberada, que bastante peso ya carga sobre sus hombros. O igual no, hubieramos seguido todos igual de jodidos, pero al menos tendríamos todos la sensación de igualdad ante la justicia. De quien la hace la paga. Aunque sea mentira. Aunque luego sigan caminando libremente los presidentes de las entidades financieras que han tenido que ser rescatadas con dinero público. Aunque no se atrevan a investigar si salpica algo del caso Urdangarín a la Casa Real. Aunque no se vaya a juzgar jamás a ex presidente alguno, ya les pillen con las manos en el GAL, falsificando cifras de déficit o dejando al país en la ruina.

Pero estamos en España, donde no importa que nos vayamos todos a la mierda con tal de podernos sentar a ver el partido en abierto con una cerveza fría. Donde no nos importa dilapidar millones y millones de euros para que cada aldea pueda presumir de ayuntamiento, identidad y gilipolleces propias aunque las administraciones incurran en dupli o triplicidades. Y donde, por supuesto, cuando el Euribor estaba bajo no importaba sobretasar la casa para poderse comprar el Cayenne a 40 años, aunque no se llegara a fin de mes. La verdad es que, ahora que me paro a pensarlo, tenemos lo que nos merecemos.

1 comentario:

  1. No he entendido la relación que expones de Izquierda Unida con el fútbol.
    Y parecen 2 artículos diferentes.

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