Partidazo del Madrid hoy en algún sitio perdido en mitad de la nada. La UEFA tuvo a bien celebrar el partido en un estadio de mala muerte en Tallin, con aforo para amigos y familiares de Ceferín y los cuernos de Simeone.
El Madrí empezó brillante, regalándole un gol a Costa tras una puja entre paralímpicos: un Ramos imperial a velocidad de tortuga y un Varane con problemas con su tacataca. Costa no rechazó el regalo de los dos y batió a Navas, que estaba mirando el catálogo de Recaro, tras el fichaje súper necesario de Curtuá.
Ah, sí, en un momento del partido remontamos y nos pusimos por delante, a pesar de la genial gestión del banquillo del Forrest Gump de saldo que dirige al equipo, quien quitó al único tío que daba dinamismo arriba, Asensio, para mantener a un IscoIscoIsco que daba ascopena. El resto de cambios, pues hombre, jugó Modric y tres tíos más que hemos debido fichar del Talleres Aparicio, con mención especial para el único delantero que tenemos en el banquillo, al que habrá que preguntarle a qué santo o diablo encomendó su alma para ser el 9 suplente del Real Madrid.
La defensa muy bien. Trataron a los delanteros del Atlético como las señoritas que acudían a recibir a los marineros en la II Guerra Mundial, con cigarrillo de boquilla y todo. Seguro que hoy saldrá en portada alguna foto por ahí de Marcelo dándole un beso de tornillo a Costa, porque las instantáneas del sexo anal que practicaron con los cuatro de atrás son demasiado explícitas para diarios de tirada nacional.
Punto positivo: Benzemá parece que por fin se ha aclimatado a la ciudad y al club. Grata sorpresa, sólo ha tardado 9 años; yo pensaba que aún le iba a costar un par de años más
Punto negativo: parece que no era tan brillante la idea de no fichar a nadie por la obsesión de Florentino de ponerle una bonita cubierta de papel albal al Bernabeu, este año se nos van a bajar rápido los humos de las 4 de 5.
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