lunes, 31 de diciembre de 2012

¡Feliz Año Nuevo!

Os deseo a todos: amigos, enemigos, mauriñistas, madridistas, socialistas, culés, liberales, gentes de orden y de mal vivir... en fin, a los humanos en general que el 2013 os traiga todo lo bueno que sea posible. Que esté tan lleno de buenas noticias y de acontecimientos de esos que, de llenar de tanto gozo el corazón, quedan grabados a fuego en la retina. Que todos esos momentos consigan ocultar y minimizar los malos, que seguro que los habrá. Pero que la balanza de todo aquello que nos depare el año entrante caiga rota en el lado de lo positivo y, a la hora de mirar atrás, nos importe un carajo la prima de riesgo, la niña de Rajoy, los hijos de Pujol y las madres de tantos aquellos que recordamos día a día.

Y esta noche a disfrutar con la familia, amigos y gente cercana. Que todos aquellos que no están a nuestro lado sepan que, aunque no podamos brindar físicamente con ellos, en nuestros corazones alzamos la copa, llena no sólo de buenas intenciones, sino de la firme convicción de que el 13 no es un número de mala suerte, sino que va a ser un año de referencia. Que todos vamos a poner nuestro granito de arena para hacerlo imborrable, pero para bien, claro. Que ya hay suficientes políticos trabajando duramente para que nos olvidemos de que, en el fondo y por mucho que nos zancadilléen, siempre vamos a encontrar una mano amiga que nos ayude a seguir con nuestro camino. 

Por todo ello, os deseo de todo corazón un feliz año 2013. Y, recordad, sed buenos que aún queda una semanita para que vengan sus Majestades de Oriente. Ésas que no tienen yernos robándonos hasta las costuras de los calzoncillos y que nos recuerdan, aunque sólo sea durante unas horas, al niño inocente e ilusionado ante la magia de los regalos que algún día fuimos.  

¡Feliz año nuevo!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Maricón el último

Al futbolista del Liverpool Suso le han cascado 10.000 libras de multa por llamar 'gay' a un amiguete en twitter en un contexto completamente jocoso. Pues nada, que es homófobo y debe purgar sus pecados por usar el nombre de 'Gay' en vano. Al leer la noticia he corrido a borrar los últimos cientos de mensajes que he colgado en twitter, facebook o que he mandado por whatsapp porque estoy seguro que en algún momento habré bajado la guardia y se me habrá escapado alguna expresión homófoba, racista, sexista o que, directamente, esté cogida con alfileres dentro de los cánones de corrección que se estilan hoy en día. Y aún he dado gracias porque Guti ya no juega al fútbol...

Lo que hay que afear al chico es las pocas luces que ha demostrado utilizando precisamente la palabra 'gay', seguro que a la próxima no se le ocurrirá utilizar un anglicismo cuando tiene a mano una buena ración de sinónimos castizos perfectamente aplicables. Si le hubiera dicho a su colega que era un sarasa, mariquita, julandrón, julay, sodomita o directamenre hubiera referenciado la mancha de aceite bajo sus pies, la Federación Inglesa no habría entendido de la misa la mitad y hubiera pasado ampliamente del asunto, pero siendo español y después de ver a Rajoy, Botín o Sergio Ramos defenderse en la lengua de Shakespeare, quiso partir una lanza a favor de los españoles angloparlantes y le salió el tiro por la culata.

Si hace poco Toni Cantó traía a la actualidad un sketch de La Vida de Brian en un anuncio de UPyD por las elecciones catalanas, ahora bien podríamos actualizar otro sketch de la misma película: ¡Ha dicho 'Gay'!, ¡ha dicho 'Gay'!, exclamarán los adalides de lo políticamente correcto mientras compran sus cucuruchos de gravilla y piedras para proceder a la lapidación del insensato que no se ciña a su dictadura. A este paso, cada vez que alguien quiera hablar en público, tendrá que tener a mano una tarjetita con las palabras prohibidas, emulando al Tabú, mientras la jauría mediática andará al acecho con el pulgar sobre el botón de la censura y dispuesta a saltar a la yugular.  Así que ya saben, a partir de ahora revisen mucho, muchísimo lo que escriben, que hay una caza de brujas ahí fuera así que corran por sus vidas y... ¡maricón el último!

martes, 18 de diciembre de 2012

Blanca Navidad

Ver un partido del Madrid se está convirtiendo en un ejercicio de desesperación que nos acerca al sentimiento de nuestros queridos vecinos del Manzanares. ‘Papá, ¿por qué somos del Atleti?’ era el slogan elegido por los colchoneros para captar socios hace unos años. Ahora bien podríamos adaptarlo a un ‘¿Papá, por qué somos mourinhistas?’. Y es que Mourinho, que se propuso cambiar de arriba a abajo el modo de entender el fútbol en la Casa Blanca, desde la gestión deportiva hasta a la afición, puede realmente conseguir que nadie se vaya del campo con el partido sin terminar: todo el mundo con el culo pegado a la butaca hasta que el trencilla de turno pite el final, con el esfínter bien cerrado para proteger de la flojera intestinal que surge cada vez que el rival tiene una jugada a balón parado.

El año pasado nos clavaban las faltas centraditas porque nuestro portero, San Íker, pensó que siendo él santo (¡y de Móstoles!), no sólo iba a hacer milagros para su afición, que con eso no se ganan Príncipes de Asturias, así que empezó a regalar puntos a los más necesitados. ¡Que aprendan de valores y humildad en La Masía!. Y así se regalaron puntos a un Villarreal desahuciado o a un Málaga en apuros, lo que también sirvió para que su compañero de selección, Cazorlita, pudiera lucirse y firmar un buen contrato en Londres. Y vio Casillas que eso estaba bien. También han debido ver que estaba bien sus compañeros de vestuario, que, admirando este voluntariado social de nuestro capitán, se han unido en el compromiso de hacer un mundo mejor. Ahora Ramos secunda fielmente al capitán, y Pepe, que pese a su innegable compromiso no es muy listo, ha optado por seguir a rajatabla el consejo que su señora madre le dio al abandonar Brasil, ‘donde fueres haz lo que vieres’. También es partícipe de este espíritu tan altruista Arbeloa, que en vez de tanto defender al Mein Führer portugués, podía defender algo su banda. Tan poderoso es el influjo navideño que también a Alonso, Benzema, Özil y casi toda la plantilla parece habérsele olvidado jugar.

Llegará el punto en que hasta los saques de puerta contrarios nos pongan en un serio aprieto. Lo que debería pasarle al Barça a nada que el balón botara un poco alto -que para eso la altura media del equipo rondando el metro cuarenta- le está pasando al Madrí. En un equipo de hombretones altos y fornidos como Ronaldo o Khedira lo lógico es que la sangre nos la hicieran los puñeteros medianos, metiéndose entre nuestras piernas hasta enredarnos y hacernos caer, pero nunca jamás que nos llegara el peligro a balón parado ni por alto. Y a ver qué hace el bueno de Mou ahora, que bastante imagen de ogro tiene ya en este país, aunque seguro que en realidad es un pedazo de pan; porque sino ya me dirán cómo es que ya le vacilan hasta periodistas de aquellos que Los Petersellers describían como ‘intelectuales de gafillas ajustadas a sus caras de melón‘. Mou sabe que no puede convertirse en el Mr. Scrooge de este Madrid y prohibir a sus jugadores repartir regalitos. Así que sólo nos queda ser pacientes y esperar vuelva a ponerse el traje de entrenador para reflotar la nave en Febrero, que es cuando vuelve la Champions, el único título que en el fondo nos importa a los madridistas.

viernes, 7 de diciembre de 2012

¡Wertgonya!


Ayer me encontraba viendo el partido del Madrí en La 1 y, mientras escuchaba cómo entrevistaban a Pardeza, caí en la cuenta que de las muchas virtudes que atesoró la Quinta del Buitre, la facilidad de palabra no se encontraba ni remotamente entre ellas. Quien conseguía hilvanar más de dos palabras seguidas corría el peligro de caer desfallecido ante el esfuerzo neuronal que eso suponía. Claro, que por aquél entonces Valdano ya se encargaba de dar voz al equipo con su verbo fluido. Con los años y para mi sorpresa, todos los miembros de la Quinta han pasado por las cabinas de prensa de TVE como comentaristas, quién sabe si para que así no salte mucho a la vista el bajo nivel de Sauca y Silvia Barba, quienes no dejan de visitar lugares comunes olvidando aquél proverbio chino que invita a guardar silencio si no se tiene nada inteligente que decir. ¡Y qué bonitas serían las retransmisiones deportivas sólo con el sonido ambiente!. Bueno, retransmisiones, noticias, reality shows... una televisión eterna con el mute puesto. Pues algo habrá fallado para llegar a estos extremos, ¿no?

Y la respuesta es clara: la educación. Por un lado porque se supone que todos esos personajes del Circo de los Horrores que salen en antena, han tenido que pasar por una escuela, aunque sea hasta los 16 años, que no está mal. En mi época, que no hace tanto, con 16 ya sabíamos leer con fluidez, escribir poniendo tildes y, en algunos casos, hasta multiplicar. E insisto, no ha pasado tanto tiempo. Pues ayer, mientras zapeaba di a parar con un telenoticias y, mea culpa, tenía el volumen puesto. Ahí apareció en pantalla una tipa con cara como de señora muy digna, con unos dientes color centeno y boca agria, mustia, con arruguillas en las comisuras de los labios simulando las flores marchitas a punto de despetalar. Se trataba de Irene Rigau, consejera de enseñanza de la Generalitat de Catalana. En lo poco que logré entender, mascullaba cosas sobre opresión, fascismo y perlas parecidas. El caso es que la señora consiguió llamar mi atención y puse la antena. Resulta que Wert  pretendía una enseñanza bilingüe y una selectividad común en castellano. ¡Gran afrenta al catalán!.

Muy señora mía, la afrenta es que se haya conseguido que sea más difícil entender a un señor de L'Escala hablando en castellano que a Jezulín de Ubrique con dos pacharanes de más. Afrenta es que gente, en teoría, perfectamente preparada, escriba emails en castellano con faltas de ortografía que harían sonrojar a un niño de cinco años. Afrenta es que nadie en esas tierras se acuerde del 4% y que corran a votar a un señor con cuentas en Suiza que se dedica a acusar a España de expolio para ocultar su pésima gestión, eso sí que es wertgonzoso. Y eso sí que es un rasgo de españolidad. El político corrupto y la masa borrega creyendo a pies juntillas que el perro se le comió los deberes.

Pero, en fin, ¿qué sabré yo? si sólo soy un pobre escritor al que ni siquiera dan un penique por sus pensamientos. Un pobre fascista que sólo encuentra consuelo atizando al pobre partidario de la secesión, el cual, una vez logrado su objetivo y cuando ya no pueda culpar más al enemigo inexistente de Madrid, buscará dentro de casa a un nuevo causante de sus desdichas y, entonces, pobrecitos aquellos que no piensen como él.